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domingo, noviembre 24, 2024

Distribución digital de contenidos (1a parte)

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Pantalla Chica

Por Pablo Gómez Saenz

Con una fuerza realmente impresionante, durante los últimos veinte años han irrumpido en el mundo entero una serie de plataformas digitales para ver contenidos audiovisuals de ficción: series, películas, documentales.

Encabezadas por Netflix, se sumaron unas cuantas más para inundar al mundo entero de “cosas que ver” en las pantallas chicas. 

Se sumaron y en muchos casos suplieron al material que se producía en cada país. Y en buena medida construyeron enlaces con productores de diferentes nacionalidades.  

Las cadenas de televisión abierta deben realizar una evaluación severa con respecto a su estructura y a sus contenidos. Son un inmenso aparato muy poderoso, con gran respaldo de capital y muy buenas instalaciónes.

¿Les interesará competir con las plataformas de streaming?, ¿pueden hacerlo? ¿las maneras en que se hizo la televisión durante muchos años sería un lastre insalvable para emprender una propuesta que les haga frente a las actuales y poderosas plataformas?  

Sería una lástima que no lo hicieran. Pero todo indica que no es, ni será así. 

La grandes televisoras están paradas en lo que se refiere a la realización de contenidos hecho por mexicanos y al menos para su publico nacional. 

En méxico hay gente y talento. Hay varias escuelas que forman filas de directores, fotográfos y guionistas. Hay técnicos buenos y eficientes en todas las áreas. Muchos de ellos han sido desplazados y están a la deriva.

Aún no recuperada del todo de este vendaval tecnológico que permite la distribución contínua de contenidos, la television abierta mexicana parece haber renunciado, por lo menos, a producir ficción. De pronto frente a sus telenovelas y como competidores, aprecieron programas y series de gran calidad. 

Aunque hasta la fecha la telenovela tiene cierto público, esos fieles televidentes son cada vez menos.

La televisión abierta comparte, pero no suelta, los programas deportivos. Los noticieros por su lado, cuentan con unos niveles de audiencia muy bajos. 

Los contenidos por streaming también han creado  un nuevo espectador, uno que constantemente está conectado a internet y que puede ver un muy amplio menú a la hora que le venga en gana. 

El acceso de los usuarios a estos contenidos puede ser además a través de diferentes dispositivos: teléfono celular, tablets, computadora y la television misma.

En solo dos décadas la dinámica del mercado audiovisual ha cambiado radicalmente. La legislación  y reglamentación de los contenidos por internet es una máquinaria que trata de perseguir al tren de la tecnología sin poder alcanzarlo nunca.

Con el paso del tiempo las plataformas se están multiplicando. Y ante la dura competencia entre estas, son perfectamente concientes de que su producto debe de ser de alta calidad; y también de que para lograr competir tienen que invertir, y mucho. Y sí lo hacen. El horizonte es aun infinito y en teória hay espectadores para todos. 

Netflix es el líder, pero hay otras más que vienen con fuerza y presupuesto.

Y como empresas han construido una estructura de ingresos muy eficiente. Son buenos negocios y la pelea es encarnizada entre ellas.

Ya las iremos viendo.

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