Según las cifras más recientes del INEGI, del total de población en México, el 5.7% vive con alguna discapacidad. Mientras, de la población total, el 14% son adultos mayores en un rango de 60 años o más. Ante este panorama, la necesidad de cuidadores profesionales se ha vuelto esencial para la sociedad mexicana. Según datos del diplomado “Cuidar con Cariño y Profesionalización” creado por la maestra Yolanda Burgos Uriarte, e impulsado por el Patronato Cuajimalpa IAP con el apoyo económico del Club de Rotarios Cuajimalpa y Rotary International, en México 43 millones de personas requieren de un cuidador.
El envejecimiento es un proceso natural; sin embargo, este proceso conlleva ciertas condiciones físicas que imposibilitan a las personas de realizar sus actividades diarias de manera autónoma, menciona el Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM). Por esta razón, es importante contar con cuidadores, personas que ayuden al adulto mayor o personas con discapacidad a cumplir sus necesidades básicas e instrumentales.
Menciona el INAPAM, un cuidador es el recurso, instrumento y medio mediante el cual se dan atenciones específicas y especializadas a las personas dependientes. El compromiso de un cuidador es ayudar a preservar la vida de otro y existen dos tipos de cuidadores. Los cuidadores informales, generalmente son amigos, familiares o vecinos, sin ningún tipo de capacitación, generalmente, este tipo de cuidadores no recibe un pago por sus servicios.
Por otro lado, los cuidadores profesionales son personas capacitadas para atender las necesidades de las personas dependientes, este tipo de cuidadores reciben una paga por su trabajo, menciona el Instituto. Al respecto, el diplomado “Cuidar con Cariño y Profesionalización” menciona que solo 2.2 millones de cuidadores perciben un ingreso por su labor.
Yolanda Burgos Uriarte, maestra y diseñadora del diplomado “Cuidar con Cariño y Profesionalización”, asegura para NotiPress, la tarea de cuidar a una persona dependiente es una responsabilidad importante. La “buena voluntad no basta para cubrir y atender a las personas como se merecen”, menciona la maestra. Razón por la que hace 20 años creó un diplomado enfocado en la capacitación de cuidadores profesionales, brindándoles las herramientas necesarias para el trato adecuado a personas dependientes y al mismo tiempo recibir una remuneración económica por su labor.
Un cuidador debe preservar la vida del otro, su labor es de gran importancia social, ya que les permite a las personas dependientes continuar con sus rutinas y cumplir sus necesidades básicas. Al respecto, Antonio Pipoli, coordinador del programa de cuidadores por parte del Club Rotario Cuajimalpa y Rotary International, comentó: “Esta labor es muy importante puesto que ayudamos a dignificar el trabajo de los cuidadores y permitirles que tengan una forma de subsistencia profesional con el apoyo económico”.
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