Por medio de un decreto, el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, destituyó a la dirección de todos los medios de comunicación públicos del país. La decisión se dio a partir del tratamiento realizado por los medios durante el asalto de los tres poderes en Brasilia el 8 de enero del 2023.
La decisión fue adoptada la noche del viernes 13 de enero, pero se dio a conocer en el fin de semana del 14 de enero. En el decreto se nombró a la periodista Kariane Costa presidenta de la Empresa Brasileña de Comunicación (EBC). Medios relevantes del país como la agencia de noticas Agencia Brasil, TV Brasil o Radio Nacional dependen directamente de EBC.
Se anunció la apertura de un proceso de transición y reorganización en la empresa, el cual durará 30 días.
De acuerdo con la prensa brasileña, la dirección de EBC estaba en manos de personas nombradas por Jair Bolsonaro, exmandatario de Brasil. Esencialmente, los simpatizantes del paulista asaltaron el Congreso, la sede del Tribunal Supremo Federal y el Palacio de Planalto, sede del Ejecutivo.
Lula destituyó al actual consejo de administración, despidiendo a Glen Valente y a cuatro miembros más: dos miliares, el director de operaciones, ingeniería y tecnología y a una consejera. Sin embargo, el actual presidente decidió mantener al director de contenidos y programación, Denilson Morales da Silva.
El detonante para los cambios fueron los hechos violentos registrados en Brasilia por el descontento del cambio de gobierno. Mientras la mayoría de los medios brasileños se referían a los simpatizantes de Bolsonaro como vándalos, los medios públicos optaron por el término manifestantes.
Algunas fuentes indican que la decisión se dio por el temor de tener una cobertura más radicalpor parte de los medios dirigidos por simpatizantes a Bolsonaro. Asimismo, se indicó el medio de la posible propagación de ideas antidemocráticas o sabotear las retransmisiones de las comparecencias del mandatario.
Después del asalto, el informativo de TV Brasil emitió las declaraciones del senador Flávio Bolsonaro, hijo del exmandatario. Lo anterior, fue interpretado como una provocación por políticos del Partido de los Trabajadores.
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