Por Jesús Zambrano Grijalva
Presidente Nacional del PRD
Este martes 27 de abril el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación resolvió confirmar los acuerdos del Instituto Nacional Electoral por los que se ordena retirar las candidaturas de Morena a las gubernaturas de los estados de Guerrero y Michoacán, cuyos abanderados fueron Félix Salgado y Raúl Morón, respectivamente, por no presentar sus informes de gastos de precampaña. Además, unos minutos después, la última instancia en materia electoral avaló las reglas del INE para evitar la sobrerrepresentación en la Cámara de Diputados en la próxima legislatura (fenómeno nocivo que actualmente permite que Morena posea una representación mayor, que no le corresponde y que distorsiona la decisión de los ciudadanos).
Estas determinaciones se dan en el contexto de una ofensiva inédita en contra del poder judicial, de la debida separación de poderes y de la autonomía de los órganos públicos autónomos, como es el caso del INE. Un ambiente hostil día a día impulsado desde el púlpito mañanero de Palacio Nacional. Un hecho, éste sí, que atenta contra la democracia, misma que resulta incompatible para la autodenominada “Cuarta Transformación”.
Estas, las resoluciones del INE y el Tribunal, sin duda alguna favorecen la democracia y no actúan en perjuicio de ella, como falazmente declaró al día siguiente el presidente López Obrador en su habitual conferencia matutina. Lo que en realidad sucedió fue que las pretensiones dictatoriales del mandatario encontraron un eficaz dique en la autonomía de la mayoría de los magistrados del Tribunal. Mi reconocimiento a sus decisiones, cuyo mérito es el de haberse apegado estrictamente a la Constitución -al Estado de Derecho- a pesar de las fuertes presiones de que fueron objeto desde el poder ejecutivo.
La resolución del Tribunal es pues un mensaje muy oportuno para los actores políticos y la ciudadanía en general porque a tan solo cinco semanas de que se lleve a cabo la elección más grande de nuestra historia, era urgente que desde este órgano colegiado se defendiera la Constitución, el orden democrático y se preservara la certeza de que el voto cuenta y seguirá contando. Además, resultaba urgente que la autoridad judicial en materia electoral alzara la mano por todos los ministros y jueces que han sufrido el embate desde el gobierno y desde los grupos parlamentarios de Morena por oponerse a múltiples ocurrencias ilegales y al sometimiento.
En relación con las elecciones para la gubernatura de Guerrero y Michoacán, desde el PRD seguiremos trabajando para ganarlas de la mano de Mario Moreno y Carlos Herrera, quienes le ganarán a los “juanitos” o “juanitas” que quiera imponer el partido oficial.
No bajemos la guardia, no nos relajemos. Debemos fortalecer, impulsar y defender nuestra democracia. Y la mejor forma de hacerlo es votando este 6 de junio e incidir para que cambie la correlación de fuerzas en la Cámara de Diputados. El que en esta ocasión el Tribunal Electoral y el INE hayan hecho valer su autonomía y hayan resistido los embates presidenciales dista de significar que no seguirán bajo acoso o que López Obrador haya renunciado a su clara pretensión de capturarlos, someterlos o hasta desaparecerlos.
Ya desde ahora hay voces oficialistas que muy acomedidamente hablan de realizar una reforma electoral si es que no se ven favorecidos en las próximas elecciones o por el hecho de que no ven un árbitro imparcial por el simple hecho de que éste ha cumplido la ley en contra de los arrebatos dictatoriales obradoristas. Los ánimos autoritarios persisten en el nuevo régimen; son inherentes a su ser. Gracias a las instituciones electorales, opinión pública, intelectualidad liberal, las oposiciones organizadas y a una sociedad informada, se logró detener un episodio más de la embestida antidemocrática. La batalla siguiente será en las urnas y les vamos a ganar.
Artículo publicado el 29 de abril de 2021 en El Diario del Yaqui