Las declaraciones, desdenes y ataques a los representantes de los medios de comunicación se han hecho comunes en las conferencias mañaneras de Andrés Manuel López Obrador, situación que es reprobable porque México ha transitado por varias etapas y épocas para que la libertad de expresión sea eso, decir lo que se piensa, sin temor a ser perseguido o señalado y mucho menos a ser llamado adversario cuando no haya coincidencia de pensamiento.
Los diversos cuestionamientos por insistir en que la información sea clara, sin simulaciones, sin cortinas de humo, simplemente no hay respuesta y se quieren callar voces de quienes día a día cumplen una labor fundamental que es informar al país.
Es sumamente peligroso que quien gobierna a todas y todos los mexicanos lance ataques constantes a las y los representantes de los medios de comunicación por emitir preguntas “incomodas” que evidencian el fallo y el desastre que esté gobierno sigue haciendo en nuestro país, en materia económica -que por cierto, el INEGI estimó un crecimiento económico del 0.1 por ciento para el tercer trimestre del 2019- y qué decir de la violencia y la inseguridad y ni hablar de la estrategia en el combate al crimen organizado.
Precisamente este último tema fue lo que desató la ira y el enojo del mandatario mexicano y hasta se atrevió a llamar “perros” a los periodistas que no preguntan de béisbol, y lo cito “le muerden la mano a quien les quitó el bozal”, esto es definitivamente amenaza a la libertad de expresión.
Es preocupante, sí, que por recibir cuestionamientos precisos, sobre temas, que para la ciudadanía no han quedado completamente esclarecidos, López Obrador suelte palabras, como corazoncitos, fifís, conservadores, adversarios, esto sin duda es muestra de autoritarismo y una clara intención de que se instaure el presidencialismo.
Reprobable que en un país en el que ejercer periodismo es altamente peligroso, el presidente encabece descalificaciones, las fomente, las normalice y hasta las ironice, para recordarle y por si él tiene otros datos, en lo que va de este 2019 cinco periodistas han sido asesinados y han quedado impunes.
Es inadmisible que el presidente limite y sesgue la función de las y los periodistas, pero sobre todo que intente bloquear la libertad de expresión. La manera enérgica y decidida con la que el presidente arremete con la prens ya la quisiéramospara ver la lucha contra la violencia que vive este país, pero parece ser que le gusta atacar a quienes no coinciden con él y eso es un mensaje grave porque se socava la democracia del país.
Lo cierto es que no hay democracia sin prensa libre, todos tenemos los mismos derechos. Hoy también demos alzar la voz para recordar todos aquellos derechos por los que se han luchando y adquirido a medida de tener un país con contrapesos, de diálogo y consenso, de conquista de garantía.
Hoy exijamos no coartar la libertad de expresión y mucho menos demeritar el ejercicio de la democracia en México.