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jueves, noviembre 21, 2024

A Dos Plumas

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¿Y si pierden? Un escenario de lo que serían capaces

Amparo Brindiz Amador y Arturo Prida Romero*

En 2006, el candidato Andrés Manuel López Obrador inicio su campaña rumbo a la presidencia de la República con una importante ventaja en las encuestas, frente a sus dos más serios competidores, Roberto Madrazo y Felipe Calderón. A diferencia de Obrador, los otros dos candidatos habían ganado sus respectivas elecciones internas en sus partidos; Obrador en cambio, hizo todo lo posible para que Cárdenas no se presentara nuevamente como candidato y la mayoría del partido estaba en el ánimo de no ir a un proceso interno, porque éste podría desgastar la figura del jefe de Gobierno quien debería ser el candidato.

Sabiéndose puntero, AMLO no asistió a todos los debates que se organizaron y minimizo las posibles alianzas que se le plantearon durante la campaña, además de que construyó una estructura paralela a la de los partidos que apoyaban sus candidaturas, ya que no le tenía confianza a la hora de cuidar el voto en las casillas el día de la elección. Todo esto, más las ríspidas acusaciones entre el candidato y el presidente Fox, dieron como resultado que, muchos que lo apoyaron al principio de la contienda, cambiaran de opinión el día de la jornada electoral, y como ya todos sabemos, López Obrador perdiera la presidencia por 0.36%.

AMLO desconoció los resultados, se exigió un recuento total, ante lo que se consiguió un recuento parcial, llamó a la resistencia civil, se instaló un mega plantón durante más de un mes en Paseo de la Reforma, y al final López Obrador se autonombro presidente legítimo, y exigiendo que se llamara espurio a Calderón y no se le diera trato de presidente de la República.

Todo lo anterior sucedió cuando el hoy presidente era miembro de la oposición, imaginemos ahora ¿Qué hará esta vez, si su candidata Claudia Sheinbaum, quien, al igual que él, inicia con ventaja, pero ante la soberbia, la arrogancia y su falsa presunción de triunfo; ante las guerras intestinas dentro de su coalición; ante los pésimos resultados del gobierno federal en materia de seguridad, salud, educación y empleo; y ante una candidata fresca, profesional, con propuestas como lo es Xóchitl Gálvez, pierde en junio próximo por una mínima diferencia?

¿A qué se atreverá el presidente López Obrador? Ahora que cuenta con la mayor concentración de poder desde hace más de 40 años; con gobernadores, alcaldes y legisladores que están más preocupados por satisfacer al presidente, que por solucionar los asuntos de sus electores; con autoridades electorales sumidas en disputas internas, y sin querer cumplir y hacer cumplir la ley; con una clase empresarial que poco le importa la salud de nuestra democracia mientras sus intereses no sean afectados; con medios de comunicación que ceden a la presión y dan más voz al gobierno que a la oposición, y sobre todo, con unas fuerzas armadas empoderadas y con alforjas presupuestales llenas sin fiscalización y sin rendir cuentas a nadie. 

¿Qué pasaría si desde el poder se desconozcan los resultados electorales cuando éstos le sean adversos? es uno de los pasos básicos en los manuales de los regímenes autoritarios en el mundo, y le siguen los toques de queda, la disolución de parlamentos y la desaparición de los poderes judiciales independientes, la persecución a los opositores y el establecimiento de un pensamiento único que satisfaga las aspiraciones del dictador en turno. No es una exageración este escenario, esto ya sucedió en el pasado y puede volver a pasar si lo permitimos.

Debemos de ser conscientes de que en este 2024 no se está jugando solo quien será la presidenta de México, se está jugando el futuro de nuestra democracia, que, si bien es imperfecta, es una construcción en la que todos hemos participado en mayor o menor manera, es una construcción conjunta que merece ser defendida ante los embates de las ideas de un solo hombre, quien se siente portador de la única verdad y que con él como mesías las instituciones ya no son necesarias. 

Esta historia ya la vivieron los alemanes, los italianos, los argentinos, los uruguayos, los vietnamitas, los camboyanos, que México no sea el siguiente. Debemos pensar y razonar nuestro voto, queremos autoritarismo o una mujer socialdemócrata, como lo es Xóchitl.

*@ABrindizA        Dra. en Administración Pública

@arturo_prida     Lic. en Seguridad Pública

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