Del cállate chachalaca al es mi libertad de expresión
Por Amparo Brindiz y Arturo Prida
Tal parece que, ser jefe de Estado le causa frustración a López Obrador, ya que tras 18 años de buscar la presidencia y estar en campaña permanente se acostumbró a ser oposición y solo dedicarse a criticar lo que hacían los otros gobiernos, pero para su pesar a partir del 1 de diciembre de 2018 tomó protesta como presidente constitucional de todas y todos los mexicanos, por lo que tiene responsabilidades y obligaciones que cumplir.
Es bien sabido que lo que le gusta es estar en campaña, ser estratega electoral y delinear estrategias de comunicación, muestra de ello fue que desde el inicio de su gobierno definió quienes cubrirían sus mañaneras: personas poco conocidas, sin carrera periodista muchas de ellas, su requisito fue contar con un blog o una cuenta en YouTube para ser consideradas parte de un medio de comunicación.
En estas mañaneras no vemos representación de los medios nacionales e internacionales, son pocos los periodistas profesionales e imparciales que asisten. Parece que todos llevan línea de que preguntar, son pocos los que cuestionan y si lo hacen incomodan al presidente ante lo que suele responder que son de un medio conservador y de la mafia del poder. Así que, en estas mañaneras se habla de lo que quiere, distrae con temas vanos y vagos y posiciona solo su agenda, que en este caso se ha vuelto electoral.
Ya hace tiempo que está utilizando estas conferencias mañaneras para hacer campaña por su partido y por sus corcholatas (Sic) y atacar a la oposición. Ataques que ya fueron sancionados por el Instituto Nacional Electoral y ratificados por el Tribunal Electoral del Poder Judicial, para que se retiraran las mañaneras donde hizo sus comentarios parciales -como en casi todas ellas- que atentaba contra la imparcialidad y neutralidad.
Y qué tal la respuesta del presidente de México, que dijo que dónde quedaba su libertad de opinión y de réplica, tal parece que se siente un ciudadano común y corriente donde su opinión no pesa nada, que no utiliza recursos públicos y que no tiene todos los recursos del Estado para afectar o no a un ciudadano o ciudadana, a un medio de comunicación, a un legislador o legisladora o aún o una aspirante a algún cargo público.
Parece que no se acuerda la frase que expresó contra el expresidente Vicente Fox: “cállate chachalaca”, durante la campaña de 2006, cuando López Obrador fue candidato y reclamaba que Fox no tuviera un activismo y participación en el proceso electoral; pero ahora que él es el jefe del Ejecutivo esto ya se le olvidó y ahora daña claramente los principios democráticos de la imparcialidad, neutralidad y legalidad.
Sería bueno recordarle este pasaje de la historia, decirle que la ley si es la ley y que deje de utilizar los recursos del Estado para dañar o favorecer a uno u otro aspirante a algún cargo público. Demandamos un jefe de Estado y no una chachalaca.
#ADosPlumas
@amparobrindiz
Dra. en Administración Pública
@arturo_prida
Lic. en Seguridad Pública