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domingo, noviembre 24, 2024

Signos de una dictadura

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Por Jesús Zambrano Grijalva

Presidente Nacional del PRD

Las calumnias desatadas por López Obrador desde el atril presidencial, por un lado, contra Ceci Flores, señalándola de “mentirosa”, y por el otro, contra María Amparo Casaracusándola de “corrupta”, no son hechos aislados. Son losusos de manera ilegal de los instrumentos del Poder y losrecursos del Estado mexicano para golpear opositores. Son los signos de una dictadura.

No es casualidad que haya sido el viernes pasado, tercer aniversario de la caída de la Línea 12 del Metro de la Ciudad de México en la que murieron 26 personas, el día cuando López Obrador decidió usar al director de Pemex, el agrónomo Octavio Romero, para acusar a María Amparo Casar, presidenta ejecutiva de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad (MCCI), de haber sido cómplice de un caso de corrupción en contra de la empresa estatal por 31 millones de pesos.

La acusación contra María Amparo Casar señala que ella reclamó y recibió de manera ilegal la pensión de viudez, ya que la muerte de su esposo, según las pesquisas de López Obrador, habría sido por suicidio y no por accidente laboral como lo determinaron los peritos judiciales hace más de 20 años.

Tampoco es casualidad que la acusación se dé tres días después de que María Amparo Casar presentó un libro demoledor para el gobierno en turno titulado Los puntos sobre las íes, en el que comprueba que López Obrador -contrario a sus promesas- mintió, robó y traicionó.

Pero la acusación pública no fue suficiente para el aprendiz de dictador. Presidencia de la República divulgó por internet y de manera ilegal información privada de María Amparo Casar y de sus hijos, lo cual ameritó que el INAI iniciara una investigación de oficio por vulneración de datos personales.

Tal y como hacen los dictadores, a López Obrador no le estáimportando violentar el debido proceso judicial ante una acusación tan grave, lo que a su vez ratifica que no le interesa castigar un supuesto acto de corrupción sino fusilar mediáticamente a María Amparo Casar. 

Otro ejemplo del abuso autoritario y del uso ilegal de los instrumentos del Poder y los recursos del Estado para golpear a opositores, fue la descalificación contra Ceci Flores, lideresa y fundadora del colectivo “Madres Buscadoras de Sonora”, tras el hallazgo de un crematorioclandestino en los límites de Iztapalapa y Tláhuac, y endonde teóricamente habría restos de tres cuerpos humanos.Pero en un par de horas, la Fiscalía capitalina acordonó y limpió el área y determinó que los restos óseos eran de perros.

En la mañanera del pasado 2 de mayo, López Obrador invitó a Martí Batres, jefe de Gobierno de la CDMX, para señalarque el hallazgo de Ceci Flores era un “montaje” que pretendía perjudicar a los gobiernos capitalino y federal, que nunca existieron indicios de restos humanos y que la activista intentaba traficar con el dolor de madres de desaparecidos.

Es decir, toda la fuerza del Estado, aplicada por una administración que lleva más de 50 mil desaparecidos, contra una madre buscadora que, sin ningún apoyo gubernamental, ha localizado más de 400 cuerpos en fosas clandestinas y 140 desaparecidos con vida. 

Afortunadamente, Ceci y María Amparo son ciudadanas que no se dejan amedrentar por ningún Poder: Ceci anunció que acudirá a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos; y María Amparo declaró que no la silenciarán, que su trabajo y el de MCCI no pararán.

Pero lo dicho: Las acusaciones de López Obrador contra Ceci y María Amparo no son hechos aislados, son los signos de una dictadura. El próximo 2 de junio las mexicanas y mexicanos tendremos la oportunidad, tal vez la última, de ponerle un alto al autoritarismo. Salgamos a votar masivamente, salgamos a defender nuestra democracia.

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