El presidente Joe Biden puso en la mira a las empresas de lanzamientos espaciales, como SpaceX de Elon Musk, que hasta ahora disfrutan de un viaje libre de impuestos en el uso del espacio aéreo estadounidense. Con más de 300 lanzamientos en los 15 años recientes, estas empresas no contribuyen al fondo federal que financia el trabajo crucial de los controladores de tráfico aéreo, una situación que el mandatario busca cambiar, reveló The New York Times.
Cada lanzamiento de un cohete, ya sea llevando satélites o suministros para la Estación Espacial Internacional (EEI), requiere de pasos críticos por parte de los controladores de tráfico aéreo en tierra. Estos profesionales, contratados por la Administración Federal de Aviación (FAA, por sus siglas en inglés), se encargan de cerrar el espacio aéreo, proporcionar información en tiempo real sobre los cohetes y sus escombros, y luego reabrir el espacio aéreo tan pronto como se completa un lanzamiento.
A diferencia de las aerolíneas, que pagan impuestos federales por cada despegue de sus aviones, las compañías espaciales comerciales no están obligadas a pagar por sus lanzamientos. Esta exención de los impuestos de aviación mantiene a las compañías espaciales libres de contribuir al Airport and Airway Trust Fund, que recauda aproximadamente 18 mil millones de dólares en ingresos fiscales para el año fiscal 2024.
Así, el llamado de Biden para revisar la estructura tributaria de décadas de antigüedad es parte de su esfuerzo por hacer que los estadounidenses más ricos y las corporaciones adineradas “paguen su parte justa”. En un discurso anterior, el presidente también propuso aumentar los impuestos a los más ricos, dueños de jets privados y corporativos, incluido el aumento del impuesto que pagan por el combustible para jets.
La industria espacial comercial, aún en una etapa incipiente donde muchas empresas luchan por alcanzar la rentabilidad, rechazó la sugerencia de la administración Biden de pagar impuestos de aviación. Argumentan que los cohetes solo necesitan aproximadamente 15 segundos para volar a través del espacio aéreo y que el volumen de lanzamientos de cohetes todavía es insignificante en comparación con los aproximadamente 16 millones de vuelos que la FAA maneja anualmente.
Sin embargo, expertos y exfuncionarios de la FAA, como Michael P. Huerta y David Grizzle, señalaron la creciente presión sobre el sistema de control de tráfico aéreo debido al aumento de lanzamientos de cohetes. La combinación de escasez de personal y financiamiento insuficiente para nuevos equipos “presenta una tormenta perfecta para que ocurran eventos más graves”, advirtió Grizzle.
Mientras el debate sobre la equidad y la financiación de las operaciones espaciales continúa, lo cierto es que la propuesta de Joe Biden marca un punto de inflexión potencial en la forma en que se regula y se financia la nueva era del espacio comercial. La administración se comprometió a manejar de manera segura las operaciones espaciales en rápido aumento, mientras minimiza la interrupción para el público viajero, abriendo el camino hacia un futuro donde las empresas espaciales contribuyan equitativamente al bienestar del espacio aéreo nacional.
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