Democracia o autocracia. La verdadera disyuntiva
Amparo Brindiz Amador y Arturo Prida Romero*
Ha pasado un poco más de un mes desde que arrancaron formalmente las campañas presidenciales, y lo que podemos confirmar es que la elección no está definida. La estrategia impulsada desde las mañaneras y repetida como dogma por todos los actores afines a López Obrador, no ha tenido los resultados que esperaban, el de hacer creer a la ciudadanía que este arroz ya se coció a su favor, con la intención de desanimar a las y los ciudadanos de acudir a las urnas el próximo domingo 2 de junio.
Pero la última encuesta publicada en el periódico El Financiero nos demostró que hay un voto oculto, ya que entre los beneficiarios de los programas sociales su candidata favorita es Claudia; mientras que para los encuestados que no reciben ningún apoyo gubernamental prefieren a la candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez Ruiz.
Las respuestas de las y los ciudadanos que reciben un programa social puede verse influida por el temor de perder la ayuda gubernamental que equivocadamente les han hecho creer que son gracias a morena, lo cual es totalmente falso; ya que son políticas, programas y derechos ganados y plasmados en la ley, que continuarán gane quien gane.
Es por esta razón, que quienes integran la coalición han exigido al INE que se haga una mayor difusión para impedir que los programas sociales sean utilizados como un elemento de presión por parte de las y los candidatos de la 4T o de las y los funcionarios del gobierno encargados de su implementación.
Entre estos últimos se encuentra los llamados “Servidores de la Nación” un ejército de operadores electorales de Morena y que pasaron, por la voluntad del Tlatoani, a ser parte de la burocracia nacional, y son ellos los que llevan a cabo el levantamiento de los beneficiarios de los diversos programas sociales de este gobierno. Son una estructura meramente electoral en su funcionamiento que varios de sus coordinadores estatales son ahora gobernadores, funcionarios o candidatos de la coalición oficialista.
Aquí vale la pena hacer hincapié, que el uso patrimonialista y clientelar de los programas del gobierno se hace de manera facciosa desde lo federal pero también en algunos gobiernos locales y municipales. Pero donde, los gobiernos de la 4t, actúan con tal cinismo, ejerciendo presión, intimidación y condicionamiento de estos programas sociales a cambio de la lealtad ciega de las y los ciudadanos a su movimiento.
Cabe aclarara que los apoyos gubernamentales para las poblaciones en situación de vulnerabilidad son necesarios en cualquier sociedad que busque la justicia social, pero estos apoyos deben tener como objetivo final que esa población beneficiaria salga de las condiciones de riesgo en la que se encuentran.
El objetivo de cualquier política pública debe ser el de mejorar las condiciones de la población de manera permanente, y los programas sociales impulsados por Morena no lo han logrado, es más, por ampliar estos apoyos se han dejado de atender otras funciones y obligaciones del Estado, como lo es la salud.
Ejemplo de esto último, es el aumento en poco más de 30 millones de la población que carece de servicios médicos y este aumento se dio a raíz de que los recursos financieros que permitían que se contara con un sistema de salud medianamente eficaz, se utilizaron para la ampliación de los apoyos que reciben los beneficiarios de algún programa social. En pocas palabras los pobres de este país, ahora utilizan el dinero que les llega vía los programas sociales para pagar los servicios médicos y medicamentos que antes tenían de manera gratuita.
Es por ello, que las y los candidatos de la coalición Fuerza y Corazón por México deben estar comprometidos a generar verdaderas políticas públicas socialdemócratas, que permitan que todos los habitantes de nuestro país tengan las mismas condiciones para poder desarrollar sus capacidades, sin importar la condición social o lugar de nacimiento.
La meta es crear un verdadero Estado de bienestar, de ciudadanos libres y no continuar con el camino hacia el Estado demagógico y paternalista-ineficiente que nos ofrecen todos los días los candidatos del oficialismo y sus partidos satélites.
La verdadera disyuntiva en la que estamos hoy, es ¿Estado democrático y de derecho o Estado autocrático y militarista?
* @ABrindizA Dra. en Administración Pública
@arturo_prida Lic. en Seguridad Pública