loader image
viernes, noviembre 22, 2024

Filosofía Política: esencia y ontología, parte II

-

Header

Por: H.P. Bryan Armando

“El vínculo con el pasado existe: se trata de saber verlo”. (Max Weber) 

Actualmente ¿Cómo se compone la estructura del pensamiento, o mejor aún, más que del pensamiento su esencia dentro del estudio de la política?  Gamboa lo expresa de la siguiente manera, “para algunos, la filosofía política es vista como una rama de la filosofía y, para otros, la filosofía política como disciplina normativa que es concebida actualmente como un área especializada de la ciencia política”.

Se podría pronunciar que no precisamente se aborda dentro del concepto ideológico, pues permite la discusión sobre la expansión de la Ciencia Política que, paradójicamente, se aleja del discurso científico. Por tanto, la Filosofía Política parte del discurso tradicional o la tradición especial del discurso, entendiéndose como “una actividad compleja y variada, más fácil de comprender si se analizan las diversas formas en que los grandes pensadores la han practicado”, a su vez, el acervo “principal de las ideas políticas, la mayoría de los filósofos han proporcionado al teórico y al científico muchos de sus métodos de análisis y criterios de evaluación”.

Por tanto ¿Qué es la Filosofía Política?, antes que nada se debe entender a la Filosofía Política dentro del panorama de ser un modelo hegemónico, pues este modelo –por darle una forma– se expresa como la variante normativa de la reflexión sobre la política, que al mismo tiempo incluye la discusión de las cuestiones del valor y el deber ser; la del problema de justificación; y, de orientación prescriptiva.

Para describirlo mejor, recurriré a las palabras de Nohlen y otros, los cuales mencionan que “tiene como temas la esencia, el fundamento y las formas de realización de lo político”, “así como sus formas de indagación categorial, lo cual sucede en reflexiones sistemáticas y recurriendo a la historia de las ideas políticas”.

No obstante, el estudio de la política puede comprenderse desde tiempo antiguos, en cambio, ¿cuál es la justificación que se da para continuar leyendo a los “clásicos” y no caer ante asincronismos y anacronismos? Donde los sistemas, al estar alejados de nuestro espacio-tiempo, se van convirtiendo en una problemática para su estudio práctico ya que el espacio político, al no estar rígido y encontrarse en constante movimiento, lo definido se aleja de su esencia por lo que las antiguas leyes, costumbres y hábitos, se hallan sujetas a un lenguaje limitante y limitado y pareciera que no obedece el orden del espacio-tiempo.

Dado que, el concepto de lo “clásico” es, a través del lenguaje común, el cual no es sinónimo de pasado sino, por el contrario, se significa en lo permanente, la extracción de las enseñanzas todavía se presenta actualmente; no obstante, con la variación que afrontan los actuales sistemas políticos, como es el tema de “corrupción”, sujeta a una esencia clásica, pero con características completamente distintas por sus esferas que a ésta la compone. 

Una vez explicado la  esencia de la Filosofía Política, hay que abordar su parte ontológica, a partir del análisis de Nohlen y de sus 3 formas –y un cuarto–, los cuales son:

  1. El valor y perfil objetivo de la filosofía política pueden determinarse de dos maneras en la lógica de la reflexión con respecto a la ciencia política: 
  2. En sentido estricto, ella proporciona un análisis de la ciencia política empírica desde la perspectiva de la teoría de la ciencia. 
  3. En sentido amplio, lleva a cabo una reflexión filosófica, es decir, epistemológica, ontológica y normativa.

Mediante la construcción de un modelo ideal de Estado, lo que Orwell desarrolla como la no utopía, o mejor dicho la distopía. 

  • Aunque resulta fácil considerar a la filosofía política como ámbito parcial de la filosofía, que retoma su lógica, sus métodos y potenciales de interpretación, se conservan, se reconstruyen y des-construyen en la historia de las ideas políticas.

Es así que se vuelve el problema de la obligación política, o en otras palabras, los problemas de principios de legitimidad política.

  • Frente a la aplicación de esquemas de interpretación filosóficos generales al campo especial de la política, se da un acceso totalmente diferente si la filosofía política se determina, asimismo, a partir de su peculiaridad de su objeto, pues una disciplina de este tipo genuinamente filosofía política corre el peligro de caer cerca de la ideología, como aspecto de estructuras y procesos políticos.

La búsqueda de la autonomía de la política respecto al derecho y la economía.

  • Es la investigación de los presupuestos y condiciones de validez y análisis del lenguaje político. Como el hecho o mejor dicho, el conocimiento: hecho y valor.

Es así como la idea ilusoria de la búsqueda de la mejor forma de gobierno, define a la naturaleza del Estado a partir de esta argumentación, “si ésta se alega ‘dependiente’ como ‘deducibilidad’ a los juicios de valor sobre la conducta que se debe adoptar y sobre las instituciones que se deben preferir, a partir de los juicios de hecho sobre la naturaleza de la política y el Estado tal cual son, el riesgo que incurrir en falacias naturalistas (lo que se ‘debe’ y lo que ‘es’) resultaría inevitable”.

No obstante –en términos filosóficos– el Dasein (su razón de ser) de la filosofía política, por medio de las teorías de las formas de gobierno, atraviesan todas la historia del pensamiento político de los griegos hasta nuestros días, por ello, las lecciones de los clásicos en referencia a los grandes problemas permanentemente repuestos por la reflexión política que sirve fundamentalmente para individualizar algunas grandes categorías que forman parte del universo político, ignorando –consciente o inconsciente– su significado o múltiples significados.

Mientras tanto, la idea o concepto del Estado dentro del naturalismo, es comprendida con Locke, definiéndolo como el cuerpo político cuya finalidad es “la de otorgar a los individuos la seguridad en su vida, su libertad y sus bienes; cuando el gobierno deja de estar en condiciones de garantizar la seguridad, la obligación política, es decir, la obligación de obediencia desaparece; y, la mejor forma de obtener esta garantía es la existencia de un legislativo basado en el consenso y de un ejecutivo dependiente de un legislativo”.

Entonces ¿El Estado es estructurante e institucionalizador para la sociedad? Debemos tener presente que, para cambiar a la sociedad no solo basta con cambiar el régimen político, como podía creerse cuando el Estado lo era todo y la sociedad fuera del Estado no era nada. Respondiendo y a la vez no a la pregunta planteada. 

 Ahora bien, las formas de gobierno son tanto de carácter descriptivo y prescriptivo, ya que se utiliza el metalenguaje descriptivo cuyo lenguaje objeto es, en buena medida, un lenguaje prescriptivo. Es así como la doble configuración del Estado estructura e institucionaliza, al producir, reproducir las formas de gobiernos que caben dentro de la realidad comprendida, que a su vez, se expresa en la concepción de la cultura. 

Por tanto, el rigor analítico y de la actitud realista frente a los problemas, son la estructura del razonamiento objetivado a partir de la subjetividad colectiva, que toma como problema justificable el estado de naturaleza frente a los Estados –del pensamiento hobsiano, homo homini lupus, bellum ómnium contra omnes– poniendo el tema de las dicotomías del poder: sociedad-Estado, política-moral, democracia-autocracia 

Provocando que no sea posible concebir en modo alguno la política sin el poder, lo cual resulta igualmente cierto que no todo poder es política, sin embargo, la imagen-realidad-objetivo crean la semántica colectiva hacia los individuos que la co-relacionan a través del poder a la política y de la política con el poder. El ordenamiento de voz se vuelve el significado y origen, mientras que el ensayo le otorga el significante y la recontextualización. 

Perdiendo u omitiendo la relación de moral y política, los valores no son hechos objetivos, no son “cosas” o estado de cosas, sino remite a una postura subjetivas positivas o negativas, que abre paso a la dicotomía entre ideales y tosca materia (lo real).

La importancia de la filosofía política, desde mi perspectiva –y las del autor– es mediante técnicas de investigación empírica: técnicas acreditadas y aplicables al caso para aumentar la disponibilidad de datos; dar una explicación de los fenómenos; y extraer prescripciones útiles de forma inmediata para la praxis y, por lo tanto, abandonar los dogmas políticos.

Bibliografía complementaria 

Bobbio, Norberto. “Introducción”,”La Filosofía Política” y “La Lección de los Clásicos” en Teoría General de la Política. Editorial Trotta, España, 2003. Págs. 9-172

Gamboa Zamitiz, Héctor, La Filosofía Política, componente fundamental de la Ciencia Política: significados, relaciones y retos en el siglo XXI. Estud. polít. (Méx.)  no.38 Ciudad de México may./ago. 2016.

Nohlen, Dieter et al. (2006), Diccionario de ciencia política, Teorías, Métodos, Conceptos, “Voz: Filosofía política”, tomo II, J-2, México, Editorial Porrúa, El Colegio de Veracruz, pp. 616-618.

- Publicidad -