La Habana, septiembre (SEMlac).- Los programas terapéuticos de salud sexual con enfoque de género contribuyen a la mejoría clínica y el bienestar, de acuerdo con la práctica compartida por especialistas cubanas durante un encuentro de intercambio profesional en La Habana, el 22 de septiembre.
“Con una evolución clínica favorable, la mayoría de las personas que acudió a esos servicios terminó el tratamiento recuperada, un mínimo mejoró, escasos pacientes no experimentaron cambios y ninguno empeoró”, resumió la doctora Soura Formental Hernández, secretaria de la sección de Medicina Sexual de la Sociedad Cubana Multidisciplinaria para el Estudio de la Sexualidad (Socumes).
Al presentar algunos resultados de sus investigaciones en este campo, Formental Hernández se refirió al trabajo desde 2011 con personas que demandaron servicios de terapia y orientación sexual en el Centro Nacional de Salud Mental.
Acuden pacientes y parejas con malestares, a veces por reproducir creencias vinculadas a la práctica sexual como normativa que no se puede violentar, por miedo al rechazo, el estigma y la discriminación social, dijo la especialista al intervenir en el panel “Un acercamiento a algunas investigaciones en el campo de la Medicina Sexual”, convocado por Socumes.
Diversas investigaciones reportan la búsqueda de una atención diferente por hombres y mujeres, refirió la doctora, y remarcan que para las masculinidades hegemónicas se trata de una prioridad.
Formental Hernández expuso algunos resultados de un estudio realizado con una muestra de 342 pacientes que acudieron, solos o con sus parejas, a solicitar ayuda ante preocupaciones o trastornos sexuales de causa psicológica y sociocultural, quienes se integraron a un programa de atención de seis semanas de duración.
En el conjunto, con predominio de hombres, el grupo etario más representado osciló entre los 39 y 52 años de edad y la mayoría convivía en pareja (casada o unida), aspecto que la experta consideró como protector para los varones, pero no para las mujeres.
Eran mujeres las que asumían en 90,7 por ciento el rol de pareja en el grupo, pero también cargaban con casi todo el peso del trabajo doméstico no remunerado (82,1%) y la responsabilidad de los cuidados (82,2%), sin apenas ayuda.
“Las brechas de género y las desigualdades colocan en desventaja a las mujeres, lo que además condiciona afectaciones sexuales, mentales y de salud en general”, comentó la médica.
El estudio notificó que experimentaba disfunciones sexuales el 48,8% de la muestra, en primer lugar trastorno eréctil (29,8%), seguido de eyaculación precoz (21,1%).
Desde el punto de vista cualitativo, se evidenció la existencia de brechas educativas expresadas por los pacientes en frases como: “sexualidad es reproducción”, “masturbarse es de hombres” y “buen sexo es orgasmos juntos”.
También se constataron situaciones relacionadas con las prácticas eróticas, dadas por un pobre conocimiento del cuerpo y su geografía erótica; así como cuestiones relativas a los vínculos afectivos, comportamientos homofóbicos, violencia, resistencias para identificar oportunamente problemas sexuales, conductas imprudentes y de riesgo ante las infecciones de transmisión sexual, dificultades en la comunicación de la pareja, junto a mitos, prejuicios y estereotipos ligados a la sexualidad.
La experta explicó que el programa terapéutico aplicado tuvo efectos favorables y denotó modificaciones respecto a variables clínicas de depresión y autoestima.
Disponer de un programa terapéutico de salud sexual con enfoque de género favorece la apropiación de conocimientos en esta materia, ayuda a modificar comportamientos y propicia mejorías clínicas, agregó.
Además, permite atender mejor temas de salud relacionados con los vínculos afectivos, el erotismo, los aprendizajes socioculturales referidos a la feminidad, la masculinidad y la violencia.
“Ofrece recursos terapéuticos para mejorar la salud sexual, modificar criterios erróneos, construir nuevas maneras de vivir y disfrutar la sexualidad desde una visión integradora de la salud y brinda herramientas para la clínica sexológica”, valoró.
Durante la sesión e intercambio, la doctora María del Carmen Vizcaíno Alonso, presidenta de la sección de Medicina Sexual de Socumes y de Salud Mental y Sexualidad de la Sociedad Cubana de Psiquiatría, presentó y comentó su libro Una mirada a la sexualidad desde lo social, psicológico y la experiencia clínica, valorado por las personas asistentes como una herramienta necesaria para la formación de profesionales de la salud y de otras profesiones.