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sábado, octubre 26, 2024

¡La moral que justifica las dictaduras!

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Por Jesús Ortega Martínez

López Obrador está utilizando todo el poder de la presidencia para imponer a su sucesor. Para el presidente, el objetivo de refrendar su poder y de hacerlo cada vez más hegemónico, justifica cualquier acción, sea la violencia política; sea la violación a las normas constitucionales y legales; sea la utilización de las fuerzas armadas para constreñir libertades civiles; sea el uso de miles de millones de pesos del erario para sostener a los activistas electorales del gobierno. Nada hará que López Obrador cambie de comportamiento, pues nada es más importante para el presidente, que retener el poder por el poder mismo. 

Quienes lo conocimos desde aquellos años, cuando aún militaba en el PRD, supimos (es mi caso) de su “personalidad autoritaria”, la cual utilizó constantemente, para hostigar o reprimir a las y los perredistas que pensaran diferente o que, simplemente, se atrevieran a confrontarlo. 

“La personalidad autoritaria” es una categoría sociológica y psicoanalítica que ha sido objeto de estudios profundos, incluso desde la perspectiva política. Pero para los propósitos de este articulo solo veremos algunos rasgos que definen su este comportamiento autoritario. 

Uno de ellos, es el de la creencia –por el líder mesiánico y sus seguidores– en una supuesta “superioridad moral” que les sirve para supuestamente legitimar históricamente su acción política. 

La supuesta supremacía moral de López Obrador y de sus seguidores sobre el resto de la población mexicana, les justifica cualquier decisión de poder, aun aquella que ejerce la represión y la violencia en contra de quien piense de manera diferente. Con la 4T sucede lo mismo que con los movimientos fascistas, y de manera más específica, el nazismo.   Como ustedes lo saben, el nazismo se asumía como una ideología superior que situaba a quienes la compartían, como seres superiores desde el punto de vista racial, pero también moral, cultural, nacional. Esa creencia ideológica acerca de la superioridad del nazismo, condujo a una parte del pueblo alemán, a cometer uno de los más terribles crímenes en contra de la humanidad. El antisemitismo es una expresión extremista y totalitaria de una supuesta supremacía racial, nacional, moral, religiosa.

¡Ni lo sueñen! ¡No podrán sacarnos del poder en 2024, porque somos el pueblo, porque somos superiores moralmente, porque tenemos a la historia de nuestro lado! dice y repite constantemente López Obrador, y todo este discurso es expresión de una visión maniquea, autoritaria y totalizadora. La historia no puede ser encerrada en una ideología moral y menos interpretada por un dogma.

Nietzsche escribía, que no hay fenómenos morales, solo hay fenómenos sociales que son interpretados por una u otra moral. 

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