La gruta de Mandrin, en el sur de Francia, alberga lo que se consideran las primeras pruebas del uso en Europa de la tecnología del arco y las flechas por parte de humanos modernos hace unos 54.000 años, durante el Paleolítico Superior.
Los hallazgos apuntan a que estas armas pudieron ser decisivas para que los Homo Sapiens aventajasen a los neandertales durante sus primeras migraciones al territorio neandertal.
Investigadores franceses y estadounidenses estudiaron cientos de artefactos procedentes del yacimiento de Mandrin que presentan signos de haber sido usados como armas de proyectil y publican los detalles en Science Advances.
La gruta Mandrin, cerca del valle del río Ródano, ya fue objeto de investigaciones tras descubrirse restos dentales de humanos modernos de 54.000 años de antigüedad, lo que sugiere que llegaron a la zona unos 10.000 años antes de lo que se pensaba.
En esta ocasión, el equipo coordinado por Laure Metz, de la Universidad de Aix-Marselle (Francia) identificó y estudió 852 objetos parecidos a puntas, cuchillas y lascas bien definidas.
De ellos, 383 tenían patrones de desgaste indicativos de haber sido empujados o lanzados (movimiento de percusión) o utilizados para serrar o cortar (movimiento de presión) y 196 presentaban signos de desgaste por percusión, principalmente en puntas, micropuntas y nanopuntas.
Estos hallazgos sugieren que armas de proyectiles como el arco y la flecha podrían haberse dominado durante, y no después, de la incursión de los humanos modernos en territorio neandertal.
“El uso de estas tecnologías avanzadas puede ser de crucial importancia para comprender la notable expansión de las poblaciones modernas”, indica el estudio.
Las tecnologías de tiro con arco se basan esencialmente en el uso de materiales perecederos; madera, fibras, cuero, resinas y tendones, que raramente se conservan en los yacimientos paleolíticos europeos y dificultan el examen arqueológico de estas tecnologías.
El reconocimiento del tiro con arco está, sin embargo, bien documentado en África desde hace unos 70.000 años.
La excavación del asentamiento francés reveló gran cantidad de puntas de sílex y su análisis demuestra que “un número importante de ellas se utilizaban como revestimiento para flechas propulsadas con arco”, explica la Universidad de Conneticut (EE.UU) en un comunicado.
Es el tamaño muy reducido y, más concretamente, la escasa anchura de estos revestimientos, de las que alrededor del 30 % pesan apenas unos gramos, lo que permite excluir cualquier otro modo de propulsión balística para estas armas tan pequeñas.
Los autores consideran que el estudio también arroja luz sobre el armamento de las poblaciones neandertales contemporáneas a los humanos modernos.
La investigación señala que no desarrollaron armas de propulsión mecánica (como las tecnologías que utilizan arcos o propulsores) y siguieron con sus armas tradicionales basadas en el uso de enormes puntas en forma de lanza que se clavaban o lanzaban con la mano y que, por tanto, requerían un estrecho contacto con su presa.
Las tradiciones y tecnologías dominadas por estas dos poblaciones eran profundamente distintas, lo que ilustra una notable ventaja tecnológica objetiva de las poblaciones modernas durante su expansión por el continente europeo.
Los autores -agrega la nota- sitúan este debate en un contexto mucho más amplio en el que las opciones técnicas no pueden limitarse únicamente a las capacidades cognitivas de las distintas poblaciones humanas.
EFE