Al menos 5.261 personas han muerto y casi 26.000 han resultado heridas en Turquía y Siria debido a los dos devastadores terremotos del lunes, mientras continúan las labores de rescate con el temor de que haya aún cientos o miles de personas atrapadas bajo los escombros.
En Turquía, donde tuvieron su epicentro los temblores de magnitud 7,7 y 7,6, el recuento oficial habla ya de 3.549 muertos y 22.000 heridos.
Hasta el momento, los equipos de rescate han podido sacar con vida a unas 8.000 personas de entre los escombros de los miles de edificios que se han derrumbado.
Ante esta catástrofe, el Gobierno turco del presidente Recep Tayyip Erdogan ha declarado tres meses de estado de emergencia en las diez provincias afectadas.
Durante la mañana del martes se ha seguido localizando a personas con vida en varias de las diez provincias del sureste turco más afectadas por el desastre.
En Siria, inmersa en una guerra civil desde hace más de una década, la información sobre víctimas proviene, por un lado, del Gobierno de Bachar al Asad y, por otro, del último enclave del país controlado por la oposición, rodeado por fuerzas gubernamentales apoyadas por Rusia.
El recuento total señala que en este país han muerto 1.712 personas y otras 3.749 han resultado heridas.
Los Cascos Blancos, un grupo de rescatistas que opera en las áreas en manos de la oposición, alertó este martes de que “se está agotando el tiempo” y recordó que “cientos” de personas continúan atrapadas.
“Cada segundo puede salvar una vida, llamamos a todas las organizaciones humanitarias y organismos internacionales a que proporcionen apoyo material y ayuda”, urgieron los voluntarios en su cuenta de Twitter.
En Turquía, el Gobierno ha informado de que unas 50.000 personas están colaborando en las tareas de rescate y, además, más de 2.700 rescatistas de 65 países han llegado o van de camino a las zonas más afectadas.
Las bajas temperaturas y la nieve en la zona, donde también hay territorios montañosos de difícil acceso, complican las tareas de rescate.
También a Siria han llegado dos aviones iraquíes, uno iraní, uno argelino y uno ruso cargados de suministros para los afectados por el seísmo, los primeros envíos de ayuda internacional recibidos por el Gobierno sirio para hacer frente al desastre, informó este martes la agencia oficial de noticias siria SANA.
Las autoridades turcas han logrado realojar en edificios públicos a unas 380.000 personas, y han organizado el traslado de heridos por vía aérea y mediante barcos a otras provincias.
Ya antes de los seísmos, Siria sufría su peor crisis humanitaria desde el estallido de las revueltas contra Damasco en 2011 y el posterior inicio de la guerra, con el 90 % de la población sumida en la pobreza, desabastecimientos de productos básicos y millones de personas desplazadas.
Además, se ha iniciado la evacuación controlada de las provincias afectadas, donde viven unos 13 millones de personas.
El Gobierno turco ha destinado 12,1 millones de euros (13,3 millones de dólares) en fondos urgentes para las diez provincias más afectadas.
Según Afad, la agencia de emergencias de Turquía, la zona afectada tiene unos 110.000 kilómetros cuadrados.
Erdogan aseguró ayer que estos terremotos suponen el mayor desastre sufrido por el país desde el seísmo de 1939 en Erzincan, en el este de Turquía, que dejó más de 32.000 muertos y provocó un tsunami en el mar Negro, situado a unos 160 kilómetros del epicentro.
El jefe del Estado decretó ayer siete días de luto nacional, y se han cerrado durante una semana los colegios en las provincias afectadas.
Además, se han suspendido hasta nuevo aviso todas las competiciones deportivas.
EFE