Según datos de la OCDE, se ha incrementado 25 por ciento el consumo de medicamentos recetados para tratar la depresión. Por su parte la ONU señaló en marzo de 2022 al aislamiento social de las personas con Covid-19 como un factor del incremento de estas.
Al respecto, según un estudio de esta organización, señaló que al primer año de la pandemia como de mayor prevalencia mundial de la ansiedad y la depresión. Cabe aclarar que en epidemiología, prevalencia es la proporción de individuos de una población, que presentan una característica en común, en este caso, depresión y ansiedad.
En contraste, 25% según datos de la OCDE, está marcado por el consumo de medicamentos asociados a estos padecimientos. Por ejemplo, Islandia tiene uno de los niveles más altos de uso de antidepresivos del mundo. Su consumo medio es de 161 dosis diarias por cada mil habitantes en 2021. Portugal, Canadá y Suecia también presentan una proporción superior a 100 dosis por cada mil personas al día. Este informe concluye que el aumento de estas enfermedades afecta más a las mujeres que los hombres de entre 20 y 24 años.
Otro resultado de este estudio, señaló que los niveles de consumo más bajos analizados por la OCDE en 2020 y 2021 son inferiores a 40 dosis al día por cada mil habitantes. Entre estos países figuran Costa Rica, Estonia, Lituania, Hungría, Corea del Sur y Letonia. Sin embargo, no solo la depresión es la causa de estos malestares, el estrés sin precedentes por aislamiento social es otro factor. También otras condicionantes son las limitaciones laborales, el contar o no con el apoyo de seres queridos y la participación en comunidad.
Por último, en el informe de la OCDE detalla que el hecho de que la proporción de quienes ven mermada su salud mental sea inferior al 30% en países como India, Francia, México o China, puede deberse a las diferencias culturales, específicamente por la aceptación social de la depresión y ansiedad.
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