Evaluar los efectos del cambio climático, derivados de un aumento en la frecuencia de eventos abruptos y cambios graduales, requiere una perspectiva de largo plazo, menciona un comunicado de la Universidad de California (UC) en Santa Bárbara. Por esto, la Red de Investigación Ecológica a Largo Plazo (LTER, por sus siglas en inglés) ha observado, durante sus 40 años de antigüedad, ambos fenómenos de cambio en sus 28 sitios de investigación. De esta forma, publicaron recientemente en la revista científica BioScience una serie de artículos sobre cómo varios ecosistemas están respondiendo a un clima cambiante.
Dicha serie de estudios cubre principalmente cuatro ecosistemas: bosques y aguas dulces, tierras áridas, costas y océanos. En cuanto a las costas, el comunicado menciona el caso del sitio de investigación de la LTER en la costa de Santa Bárbara, California. Allí la investigación determinó que el cambio climático afecta la productividad de los bosques submarinos de algas, a través del aumento de la temperatura del mar y tormentas. Esto altera la capacidad de las algas efímeras para establecerse y atraer comunidades de peces y otras criaturas quienes habitan estos bosques.
En el caso del sitio de investigación en el arrecife de coral de Moorea, en la Polinesia Francesa, el cambio climático afecta principalmente a la temperatura del agua. Esto a su vez ocasiona el blanqueamiento de los corales, matándolos por el estrés del calor al perder sus algas simbióticas, destruyendo en consecuencia el hábitat de organismos que los habitan. En este sentido, una investigación publicada en la revista PLoS Climate, a principios de 2022, advierte de los peligros del aumento de la temperatura para los corales, aún dentro del límite de 1.5 grados Celsius establecido en el Acuerdo de París. Según el estudio, en este escenario, solo el 0.2% de los arrecifes tendría tiempo suficiente de recuperarse de un blanqueamiento entre olas de calor.
Otras de las investigaciones de la LTER publicadas en BioScience se concentran en la ecología de las tierras áridas. En estos ecosistemas el aumento de temperaturas del cambio climática, combinado con ciclos de sequía de varias décadas han incrementado las inundaciones e incendios forestales. Esto a su vez altera la disponibilidad de recursos, la estructura de la comunidad vegetal y se exacerba la contaminación del aire en casos severos de incendios forestales.
Respecto a bosques y agua dulce, los hallazgos discuten efectos del cambio climático sobre la composición de las especies y la función del ecosistema. Estos efectos ocurren mediante interacciones complejas, efectos en cascada y cambios en los procesos de los ecosistemas, como la producción primaria, el almacenamiento de carbono y el ciclo del agua. En el caso de los océanos, el cambio climático está provocando cambios físicos relativamente amplios en los ecosistemas pelágicos. Esto principalmente a través de la temperatura del mar, la estratificación alterada de las capas superficiales y la disminución del hielo marino, con respuestas ecológicas variadas.
A principios de 2022, el Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC) advirtió que el planeta se acerca al daño irreversible a causa del calentamiento global. Según el panel, cada vez son más frecuentes fenómenos meteorológicos extremos, como olas de calor, sequías e inundaciones, complicando cada vez más su control. Por esto, el IPCC llama a tomar medidas urgentes y ambiciosas, entre ellas, restaurar los ecosistemas degradados y también conservar más eficientemente los hábitats terrestres, marinos y de agua dulce.
Estudiar los efectos del cambio climático permite predecir de mejor forma sus consecuencias y cómo evitarlas, mientas ayuda a una mejor preparación para enfrentar sus diversos retos. Sin embargo, ante la posibilidad de enfrentar consecuencias irreversibles, los especialistas llaman a una acción más eficaz y ambiciosa en torno a la conservación de los diferentes ecosistemas del planeta.
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