Si bien al interior de la comunidad científica no hay duda sobre la eficacia de las vacunas de ARN mensajero para prevenir casos graves de la Covid-19, no hay respuestas claras sobre la duración de la inmunidad que confieren. Más aún, se desconoce aún qué tanto se benefician de la vacunación aquellos pacientes que desarrollaron una respuesta inmune natural contra la Covid-19 vía una infección.
Ello, principalmente porque no existen aún estudios a gran escala que examinen el panorama inmunitario de aquellos que ya superaron una determinada forma del coronavirus. Y aunque las farmacéuticas aseguran, sus fórmulas son efectivas incluso contra variantes nuevas, investigaciones recientes apuntan a una complejidad importante en estas cuestiones.
Primero, una investigación publicada el 3 de agosto 2021 en la revista Cell Reports sugiere que las personas que ya desarrollaron una respuesta inmune podrían no necesitar una segunda dosis. Es decir, aquellos individuos recuperados de una infección de Covid-19 pueden alcanzar un grado de inmunización similar a individuos con dos dosis con solo una.
Detalla la investigación, los pacientes recuperados alcanzaron su pico de inmunidad con una primera dosis de la vacuna de Pfizer/BioNTech. Ello, pues resultados de laboratorio indican, no hubo un incremento en la concentración de células T en recuperados de una infección previa tras la vacuna. Cabe mencionar, estos resultados obtenidos por se obtuvieron en pruebas realizadas en ambientes controlados.
Ante ello, una investigación conducida por los Centros para el control de enfermedades (CDC) en Kentucky, Estados Unidos indica, la realidad puede ser más complicada. Este estudio estadístico afirma que pacientes recuperados del coronavirus y vacunados con una sola dosis tienen 1.5 más posibilidades de reinfectarse que aquellos con un esquema completo. Cabe aclarar, la población utilizada para este estudio fue vacunada con las fórmulas de Pfizer, Moderna y Janssen.
Otro beneficio importante es su la posible contribución de las vacunas a evitar el surgimiento de variantes peligrosas del SARS-CoV-2, como la Delta. Si bien numerosas fórmulas han probado su efectividad contra las ya existentes, un experimento de investigadores de la Universidad de Rockefeller sugiere que podría incluso adecuar el sistema inmune para identificar posibles variantes futuras.
Un experimento aún no revisado por pares muestra, anticuerpos policlonales en el plasma de individuos con respuesta inmune natural dieron una respuesta positiva ante un virus sintetizado en laboratorio. Ello, incluso en mayor medida que individuos vacunados con esquema completo pero que no sufrieron un contagio del virus. El virus sintetizado por los científicos cuenta con 20 mutaciones de interés en su proteína spike, aquella encargada de infectar las células humanas.
En este sentido, parece que mientras el virus no cambie de forma significativa la estructura de esta proteína, el funcionamiento de las vacunas no debería verse mayormente afectado. Aunado a esto, una investigación realizada en Reino Unido y publicada en Science Translational Medicine el 10 de agosto 2021 muestra que diferir el tiempo entre dosis podría aumentar el grado de inmunidad.
Investigadores retrasaron la administración de la segunda dosis de Pfizer por 10 semanas más de lo indicado y observaron un aumento en la respuesta hacia variantes de la Covid-19. Ello, indicando que la respuesta inmune natural puede resultar útil y debe tomarse en cuenta para prevenir más contagios y muertes por la enfermedad.
Considerando que se ha llamado la atención en la necesidad de mejorar la distribución de vacunas, dilucidar mejor las necesidades de cada persona y población es fundamental. En esta línea, vale la pena continuar las investigaciones alrededor de la respuesta inmune natural ante infección por Covid-19 y la utilidad de las vacunas para estos pacientes. Sin embargo, cabe aclarar que en cualquier circunstancias, al menos una sola vacuna es preferible y los resultados de estas investigaciones requieren mayor atención.
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