Por Luis Clemente Luna Lomelí
Históricamente la participación ciudadana en las elecciones intermedias, es decir elecciones antes a la elección presidencial, siempre es baja. Por otra parte, en éste proceso electoral juega otro factor que incentivará a que la participación sea menor: La pandemia.
Ahora bien, muchas veces existen ciertas inconformidades por parte de la ciudadanía hacia los órdenes de gobierno, pero de ¿Qué sirve solo inconformarse, criticar y protestar? Sí cuando es momento de hacer valer y materializar ese descontento a través del voto, no se hace. La democracia es el poder del pueblo, el pueblo es soberano y en él radica el poder de decidir el rumbo político, de su municipio, de su Estado y de su país.
Sí estamos a travesando una situación muy complicada, como lo es la pandemia, pero por favor que ese factor no sea el impedimento de salir a votar. Como ciudadanos, estamos obligados a demostrar un poco de compromiso, un compromiso no con los partidos, ni con los políticos, mucho menos con sus dádivas que pueden ofrecer a cambio del voto, sino un compromiso con nuestro país. Exigir que la acción de gobernar se traduzca en resultados que generen un valor público está bien, es parte de nuestro deber democrático, ser los guardines ciudadanos, para que el político que haya sido electo cumpla sus promesas de campaña, pero lo primordial es salir a votar.
Mi objetivo es hacer consciencia de que sí el 6 de junio próximo, no se sale a votar, entonces automáticamente se pierde el derecho a la manifestación y a la protesta en contra del gobierno en turno, por el simple hecho de perder credibilidad.
El sistema político en el que vivimos, ha sido creado con el objetivo de que se puedan hacer escuchar y hacer valer todas las voces, eso en términos generales es democracia, sin embargo, de nada sirve sí esa pluralidad política no se traduce en la emisión del voto. El voto es una herramienta para hacer valer las demandas ciudadanas, pero también es mostrar un poco de responsabilidad, compromiso y sobre todo mostrar un verdadero interés porque de verdad se dé un cambio en la forma de hacer gobierno y de gobernar. La democracia es un sistema político imperfecto, con muchas áreas de oportunidad, sin embargo, desde la parte teórica, es el sistema más cercano al ciudadano, más cercano a las necesidades de la sociedad, solo se requiere una sola cosa de la ciudadanía, que el día de las elecciones, salga y vote con valentía, con compromiso y con responsabilidad.