Por Benjamín Muñiz
La noche del 3 de mayo, la Ciudad de México se vistió de negro. Poco después de las 10 de la noche, en el tramo elevado de la Línea 12 del Metro, ocurrió un desplome que ocasionó la muerte de 26 personas y más de 70 lesionados. Según el dicho de varios expertos, esto se pudo haber producido debido a la falta de mantenimiento.
La Línea 12 del Sistema de Transporte Colectivo Metro ha sido protagonista de muchísimos escándalos desde el momento mismo de su inauguración. Ebrard la construyó, Mancera la rehabilitó después de los sismos de 2017 y Sheinbaum, según sus declaraciones, le da mantenimiento diario. Tres diferentes administraciones han sido omisas en garantizar la seguridad de los usuarios de los diferentes sistemas de movilidad. Es necesario realizar investigaciones profundas, imparciales y objetivas para el esclarecimiento de los hechos y, sin duda, las pesquisas deben abarcar a las 3 administraciones.
Pero, independientemente de las investigaciones que se puedan realizar y el deslinde de responsabilidades, ¿qué nos enseña esta tragedia? En primer lugar, que la vida se nos puede ir de un segundo a otro. Me resultó impactante el caso de Gildardo Rodríguez Galicia, de 53 años. Abordó el tren en la estación Tezonco y perdió la vida 10 segundos después. Nancy Lezama Salgado, de 23 años, falleció después de haber ido de compras con su hermana, quien sobrevivió. Brandon Giovanny Hernández Tapia, de tan solo 12 años, regresaba de la secundaria. En total, fueron 25 personas las que abordaron por última vez el metro. Pero los fallecidos no se cuentan solamente entre los que se encontraban viajando en ese convoy. José Juan Galindo Soto, de 40 años, regresaba con su pareja de ir al dentista. La trabe aplastó su vehículo.
Otra enseñanza muy importante: este incidente ha dejado al descubierto el abandono del Sistema de Transporte Colectivo Metro y, en general, de todo el transporte público. Muchas cosas se han querido hacer y muchas veces esos proyectos no se concretan por intereses políticos. El Nuevo Modelo de Movilidad que se creó en la Secretaría de Movilidad durante la administración de Miguel Ángel Mancera era muy ambicioso. El proyecto de Laura Ballesteros, su titular, hubiera generado grandes cambios. Tristemente, muchas fuerzas políticas se opusieron a él. ¿Realmente merecía ese destino o, nuevamente, por mezquindades políticas, se privó a la ciudadanía de algo que podría haber resultado benéfico?
Hay otra enseñanza que espero que quede marcada en el gobierno actual y en los futuros: el mantenimiento es vital y la omisión de realizarlo cuesta vidas. En esta ciudad no solo hay más tramos elevados del Metro; hay segundos pisos, distribuidores viales; en fin, hay muchas estructuras elevadas, ¿se les estará dando mantenimiento?
El gobierno capitalino y su partido, mayoría en el Congreso Local, han defendido a capa y espada a Florencia Serranía y le han fallado a la ciudadanía. Sheinbaum ha insistido en mantener en la Dirección General a una mujer que, en poco más de un año y tres meses, ha tenido tres accidentes fatales y un sinnúmero de fallas y, por su fuera poco, el Grupo Parlamentario de MORENA en el Congreso de la Ciudad de México, hizo uso de su evidente mayoría para, junto con sus aliados, frenar la comparecencia de Serranía ante tal Soberanía. Los números son claros: de abril a mayo, el índice de aprobación de la Jefa de Gobierno cayó 22 puntos.
Pero en esta ocasión, mi intención no es criticar a Claudia Sheinbaum ni sus decisiones de gobierno, por el contrario, en esta ocasión le pido, con el corazón en la mano, como capitalino, que deje de proteger a una persona que ha demostrado ser incapaz de ejercer el cargo que ostenta y, en su lugar, designe a otra persona al frente de la Dirección General. Para poner un poco de contexto, preguntémonos, ¿qué pasaría si el metro fuera una empresa privada? Con los resultados que ha tenido la actual Directora General, con las fallas y muertes que se han producido durante su gestión, ¿los accionistas mantendrían a esa persona en su puesto? La respuesta, creo, es bastante clara.
Dra. Sheinbaum, por favor, piense en la seguridad de sus gobernados; garantícela. Nombre a alguien con mayor capacidad en la Dirección General del sistema de transporte público más grande y más importante de la capital.
Hay algo con lo que ya, realmente, no puedo lidiar. La indolencia y total desprecio por las víctimas que muestra AMLO. “Al carajo” “No politicemos” “No es mi estilo. Eso tiene que ver más con lo espectacular y lo que se hacía antes” “No me gusta la hipocresía”. AMLO es el típico bully de escuela, friegue y friegue al de enfrente, pero cuando voltean con él, aunque no sea a molestarlo, sino a exigir algo justo, es el más llorón. Respeto la investidura, pero él, como persona, no goza de mi respeto; es más, ha sido él quien más ha mancillado la institución de la presidencia.
En poco más de 3 semanas serán las elecciones. La decisión está en el pueblo de México. ¿Refrendaremos la mayoría morenista, tanto en el Congreso de la Ciudad de México como en la Cámara de Diputados o daremos un golpe de timón y generaremos verdaderos contrapesos? Hay gente muy valiosa en todos los partidos políticos, incluyendo MORENA, pero deben ser electos quienes quieran trabajar por el bien de la sociedad, no por el propio ni el de su partido.