Respetar el confinamiento o mantener la distancia física podría ser más difícil para las personas que padecen aburrimiento durante la pandemia, según científicos. La sensación de sentirse aburrido puede tener dos consecuencias: la pérdida de la concentración y la pérdida del sentido de la vida, lo cual aumenta el deseo de hacer otras cosas, como salir o reunirse con personas. Por ello, científicos piensan, el aburrimiento podría constituir en un problema de salud pública.
Wanja Wolff, psicólogo deportivo en la Universidad de Constanza, Alemania, afirma, normalmente el aburrimiento exige a la persona hacer “cualquier otra cosa”, acción que en confinamiento puede tornarse peligrosa. En un estudio realizado por Wolff y sus compañeros se encontró, las personas propensas a aburrirse también son más propensas a incumplir las normas del distanciamiento social. Además, reforzado en otro estudio hecho por un equipo de Estados Unidos y Canadá, los resultados de la investigación de Wolff perfilan al aburrimiento como un posible problema de salud pública.
El significado del aburrimiento, según la psicóloga social Erin Westgate de la Universidad de Florida en Gainesville, es una señal de no estar “significativamente involucrado con el mundo“. Asimismo, la psicóloga social Samantha Heintzelman de la Universidad de Rutgers afirma, durante el confinamiento las personas han perdido una rutina establecida. Ello quiere decir, las normas de distanciamiento social han cambiado la forma de vivir de las personas; y para quien se aburre fácilmente, hacer algo diferente llena de significado su vida.
También, en la investigación hecha por el equipo Estados Unidos–Canadá los científicos intentaron cuantificar el vínculo entre una persona aburrida, la ruptura del confinamiento y distanciamiento social. Así, el resultado fue, el 25 por ciento de la actitud de romper las reglas se dio en las personas que declaraban aburrirse con facilidad.
Por su parte, Wolff también halló una relación entre las personas con aburrimiento y mantener el distanciamiento social. Incluso, se comparó a las personas con altos niveles de aburrimiento con personas quienes ya habían tenido Covid-19, y el resultado fue, las personas que se aburren son más propensas a romper el confinamiento. “El aburrimiento es un impulso increíblemente poderoso en el comportamiento“, señala Wolff, y añade, ello puede dificultar la capacidad de respuesta de las personas en situaciones de cuidado o significativas.
Sin embargo, científicos afirman, el aburrimiento puede tornarse dañino cuando altera el comportamiento en forma agresiva de las personas al no querer respetar las medidas de cuidado contra contagios por Covid-19. Durante la pandemia existen nuevas formas de entretenimiento o alternativas para seguir conviviendo con amigos y familiares, por lo que el aburrimiento puede ser causado por la duración del confinamiento.
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