Por Jesús Zambrano Grijalva
Presidente del Partido de la Revolución Democrática
El pasado 6 de enero, la democracia estadounidense sufrió un ataque sin precedente: el asalto al Capitolio. Cientos de seguidores de Trump tomaron violentamente la sede del Congreso de aquel país para intentar impedir la ratificación de la victoria electoral del hoy presidente Joe Biden. Las escenas vergonzosas dieron la vuelta al mundo y el repudio a la violencia se aceleró cuando Trump decidió difundir un mensaje en sus redes sociales con el que buscaba eximir a los manifestantes e insistir en el fraude electoral. Twitter decidió eliminar dicho mensaje y suspender por 12 horas, para después bloquear de manera permanente, la cuenta del entonces mandatario por el “riesgo de mayor incitación a la violencia.”
En aquel momento, decenas de mandatarios y líderes políticos manifestaron su repudio y rechazo a los actos de violencia, al ataque a la democracia y a las incitaciones de Trump. No obstante, el presidente López Obrador decidió defender a su indefendible amigo del “terrible acto de censura” de Twitter.
“No me gusta que a nadie lo censuren y le quiten el derecho de transmitir un mensaje en Twitter o en Face, no estoy de acuerdo con eso, no acepto eso”, dijo el presidente.
A nadie le sorprendió que el presidente López Obrador defendiera de nuevo a Trump, la sorpresa fue que después de varios años de estar escuchando su discurso a favor de las redes sociales, incluso de referirse a ellas como “las benditas redes sociales”, haya decidido arremeter contra ellas.
La cosa no quedó ahí. Unos días después, el presidente propuso la creación de una red social nacional, según él, para que México no sufra la censura que “sufrió” su homólogo estadounidense. Asimismo, anunció que encabezaría una iniciativa internacional para regular las redes sociales y en una de sus mañaneras acusó a los directivos de Twitter de ser panistas.
¿Qué pasó? ¿Por qué ese cambio de opinión sobre las redes? ¿Por qué para AMLO pasaron de benditas a malditas?
Detrás del discurso de la supuesta no censura y la libertad de expresión de López Obrador está el evidente incremento de opiniones negativas sobre su gobierno en las redes sociales. Un estudio de Integralia Consultores demuestra que desde octubre de 2019 en Twitter han predominado las opiniones negativas sobre López Obrador. Esa es la razón y no otra, el presidente ha perdido el debate en las redes sociales. Los usuarios se han volcado en contra de este gobierno; los “bots”, que en algún momento impulsaron su campaña, ya no son suficientes para apaciguar el enojo de la ciudadanía que crece cada día.
Los senadores de Morena, con la intención de quedar bien con su jefe, incluyeron el asunto de las redes sociales en su agenda legislativa y amenazan con presentar una iniciativa en los próximos días con la que buscarán regular las redes argumentando que las telecomunicaciones son un tema de soberanía nacional. La nueva maroma de Morena consiste en que el gobierno de la 4T controle las “social media” para supuestamente evitar la censura.
El PRD siempre estará abierto para entablar un debate que busque impulsar la libertad de expresión y suprimir la censura. Pero esta falsa deliberación que pretenden hacer los legisladores de Morena es pura idolatría al señor que está confinado en su palacio.
Artículo publicado el 4 de febrero de 2021 en el Diario del Yaqui