Por Karen Quiroga Anguiano
Secretaria de Igualdad de Género del PRD.
El 2020 a sido un año importante para el avance de leyes y ordenamientos encaminados a frenar la violencia política en razón de género en nuestro país.
A mediados de abril se publicaron importantes reformas sobre violencia política de género que comprenden diversas leyes, mismas que tendrá impacto en la vida político-electoral del país, particularmente en los próximos procesos electorales.
Por otro lado, hace unos días el INE aprobó los Lineamientos para que los partidos políticos nacionales prevengan, atiendan, sancionen, reparen y erradiquen la violencia política contra las mujeres en razón de género.
Con ambas acciones nos encaminamos a enfrentar, en la ley, la violencia política que se ejerce contra aquellas que participan en actividades políticas en cualquiera de los espacios donde puede aparecer, es decir, vida partidaria, los órganos legislativos, en el poder ejecutivo o en las organizaciones sociales, vecinales, y desde luego las campañas electorales.
Toda mujer con experiencia política ha sido víctima de una u otra manera de este tipo de violencia. Agresiones que no se ven y que en algunos casos se han normalizado, pero que no debemos permitir que sigan siendo escondidas.
Aunque la aprobación de las leyes y ordenamientos son pasos importantes, debemos reconocer que a la fecha ambos temas no han tenido la difusión suficiente entre la población, e incluso entre los involucrados en conocerla para aplicarla, denunciarla y ponerla en marcha.
Muy probablemente la presencia de la emergencia sanitaria a consecuencia del covid-19 ha sido motivo de esta falta de difusión en medios de comunicación. De ahí la urgencia de emprender acciones para que tanto las reformas de ley como los lineamientos del INE se conozcan a la brevedad.
¿Por qué urge emprender esta tarea?, por la sencilla razón de que el año electoral que culminará con las elecciones del año próximo ya está en marcha y es fundamental que partidos, autoridades electorales, candidatos, candidatas y magistrados conozcan sobre ambos temas porque muy probablemente sí habrá denuncias por ese motivo.
En el caso del PRD un primer acuerdo que ya tenemos las mujeres que pertenecemos y militamos en el partido es que no permitiremos que ningún aspirante que haya sido sentenciado por violencia de género sea candidato de nuestro partido.
Basta de permitir que hombres que violentan a mujeres en cualquiera de sus formas se amparen en un cargo público o político para quedar impunes de sus conductas. Ese será nuestro aporte en el corto plazo, con el objetivo de que para 2024 alcancemos la meta de que no haya violencia política en razón de género.
Sabemos que falta mucho por hacer, apenas en las elecciones que hubo el mes pasado en Hidalgo y Coahuila vimos cómo se repitieron las agresiones contra candidatas y por desgracia también vimos como no pasó nada.
Por eso aplaudimos los lineamientos que aprobó el INE, conocidos también como el 3de3 que tienen como propósito establecer las bases para que los partidos garanticen a las mujeres el ejercicio pleno de sus derechos políticos y electorales, libres de violencia, mediante mecanismos de prevención, atención, sanción, reparación y erradicación de la violencia política contra mujeres.
El reto ahora es lograr que esos derechos se ejercen y que se exija que se cumplan por parte de la autoridad.