Por Antonio Medina Trejo
La semana pasada el partido morena en la Cámara de Diputados traicionó su deber de velar por la salud de niños, niñas, jóvenes y personas adultas que viven con enfermedades crónicas en México, pues decidió obedecer a su presidente de trasladar a las arcas de Hacienda un ahorro de 33 mil millones de pesos que estaban destinados para Gastos Catastróficos de esas enfermedades, que le permitirá sólo al Ejecutivo Federal usar ese dinero en lo que él considere pertinente.
Ante la intención anunciada por el mismo Ejecutivo Federal, los partidos de oposición expusieron argumentos en los que preveían un uso indebido de ahorros de años pasados y que al no ser etiquetados, estarían en la bolsa del gasto corriente del Gobierno Federal, lo que implicará que el recurso ahorrado sea usado, por ejemplo, en las obras faraónicas del presidente o en programas clientelares en el año electoral que se avecina.
Es preciso recordar que ese Fondo fue el resultado de una política de Estado que preveía, con ahorro de distintas entidades del gobierno Federal, gastos no contemplados en el presupuesto anual y que permitía solventar costos emergentes de enfermedades crónicas como el cáncer, diabetes, leucemia o VIH, que permitieron en los años previos al 2018 mitigar el impacto económico en las instituciones y garantizar el derecho a la salud de pacientes sin seguridad social.
No obstante los razonamientos de ley que expusieron diputados y diputadas de oposición, destacando los que tienen que ver con la defensa constitucional del derecho a la salud de las personas -particularmente de escasos recursos-, a la bancada de morena y sus aliados no les importó y votaron a favor de que ese dinero esté en manos del presidente López Obrador sin ninguna etiquetación.
Padres y madres de niños y niñas con cáncer se pronunciaron para que morena reflexionara sobre el bien superior de las infancias que viven con cáncer, en tanto, activistas de la lucha contra el sida instaron a la mayoría legislativa de que esos 33 mil millones de pesos deberían seguir destinándose a atender enfermedades crónicas.
A pesar de la contundencia del llamado de la oposición y de activistas, la bancada mayoritaria de morena y sus partidos aliados levantaron el dedo para votar tal como lo deseaba el presidente de la República, y una vez en el senado de la República, los senadores y senadoras de morena, sin escuchar razones, ni los argumentos de la sociedad civil, avalaron el dictamen de sus correligionarios de la Cámara.
Antes, durante la mañana de ese jueves, activistas de la organización civil VIHveLibre fueron al Senado para tratar de convencer a los senadores y senadoras de todas las fuerzas políticas para decirles de viva voz que si aprobarían el dictamen, lo hicieran con la especificación de que ese recurso se etiquetara para los fines que habían servido en los últimos años, y que Hacienda no lo usara para ningún otro fin.
Esta postura de los jóvenes activistas la plantearon en un pliego petitorio que pidieron entregar a una comitiva de senadores de todos los partidos desde las primeras horas del día, pero su solicitud de ser escuchados por los representantes de la sociedad en esa soberanía, no tuvo eco.
Ante la sordera legislativa los jóvenes lanzaron consignas, llevaron banderas multicolor y al pasar de las horas, viendo que no se les escuchaba, fueron más contundentes en el volumen de su voz y acciones: lanzaron huevos a los ventanales del senado y posteriormente cerraron las avenidas Reforma e Insurgentes, al grado que el Gobierno de la Ciudad de México mandó granaderos para golpearlos e intimidarlos.
Al ver la contundencia de la denuncia, el senador independiente, Emilio Álvarez Icaza, salió para escucharles, pero la exigencia de los activistas fue ser escuchados por representantes de todos los partidos, particularmente por quienes ya habían manifestado estar en la línea de la orden presidencial.
Luego de varias horas y mensajes emitidos a través de los medios de comunicación que cubrieron la violencia del Gobierno de la Ciudad de México contra los activistas, los jóvenes denunciantes obligaron a que les atendiera el senador Miguel Ángel Navarro, presidente de la Comisión de Salud, quien les aseguró que la propuesta era que el recurso sí se usaría para el rubro de salud y para las enfermedades crónicas antes mencionadas sin que sus dichos se sustentaran en el dictamen que se estaba discutiendo en el pleno.
Ahí mismo acordaron tener reuniones con funcionarios de rango medios y algunos titulares para que les expliquen cómo se aplicará tal presupuesto.
Mientas el senador Navarro tenían sentados a los activistas en una sala, en el salón de plenos la oposición parlamentaria seguían exigiendo a morena etiquetar los 33 mil millones de pesos, pero las y los morenistas, en su soberbia de ser mayoría, mantuvieron sus oídos sordos y al final alzaron sus dedos para cumplir el deseo del presidente de tener 33 mil millones de pesos más a su entera disposición.
La realidad es que esta traición de morena a la sociedad, tal como lo ha hecho en el tema de los fideicomisos y otros atracos legislativos, tiene el claro propósito de que el presidente posea recursos suficientes para llevar a cabo sus políticas clientelares que le reditúan en el corto plazo, sin importar que sea en detrimento de derechos como la educación, la salud, el acceso a la justicia o el respeto a los derechos humanos.
@antoniomedina41