Robert Wilson y Paul Milgrom, quienes fueron anunciados como los más recientes ganadores del premio Nobel de economía en 2020, han trabajado junto con empresas y gobiernos en diseñar subastas exitosas y sus teorías podrían ayudar a mejorar las subastas de servicios públicos en diferentes países. Los investigadores estadounidenses han logrado diseñar mecanismos de subastas exitosas en diferentes contextos, que van desde licitaciones para asignar manejo de espectro radioeléctrico, hasta publicidad en Internet. La aplicación de sus planteamientos podría ser de gran ayuda para mejorar el entorno en el que operan muchos contratos tanto en la esfera pública como privada.
El premio Nobel de economía concedido en octubre 2020 reconoce la trayectoria de ambos doctores en el desarrollo de la teoría de las subastas, con múltiples aplicaciones a la hora de prever y diseñar mercados laborales, asignación de contratos y economías industriales. Estos conocimientos desarrollados por los galardonados, ayudarían significativamente a lograr asignar contratos de manera más eficiente.
Con sustento en investigaciones, Wilson documentó que las subastas para contratos gubernamentales presentan la llamada “maldición del ganador”, en perjuicio del vendedor. Describe la situación donde un concurso de licitación es ganado por la empresa con la estimación más optimista y no necesariamente por la que tenga mayor rigor en sus pronósticos. De esta forma se argumentó a favor de compartir toda la información pública disponible en igualdad de circunstancias como algo indispensable para reducir la incertidumbre en los mercados.
Milgrom, el otro galardonado, tuvo grandes contribuciones a la Teoría de subastas con amplia utilización dentro de la teoría de juegos. Una de sus aseveraciones es que el desafío para diseñar óptimamente una subasta solo se puede dar mediante el estudio de las demandas que tienen los diferentes participantes.
En el pasado, esta teoría desarrollada en gran parte por Wilson y Milgrom ha sido aplicada en la vida cotidiana de algunos países para diseñar nuevos mercados y obtener mayores beneficios entre compradores y contribuyentes. Los aportes más importantes de sus trabajos refieren a la importancia de lograr una participación nutrida de competidores en las subastas, planteamiento de gran importancia en la subasta del espectro para el despliegue del espectro 5G en diferentes países. Este formato lo han ocupado también muchos gobiernos al asignar las diferentes frecuencias de radio a operadores de telecomunicaciones.
Para el caso mexicano, se han implementado en las subastas de petróleo con miras a lograr una asignación de contratos eficaz y eficiente con aplicación directa en las concesiones de Pemex. Asimismo, existen múltiples ejemplos de competiciones públicas y privadas en México que dan resultados inferiores a los proyectados en un inicio debido a la manipulación de reglas en favor de algunos oferentes o disuaden, desde el planteamiento de los lineamientos de competencia, a otros participantes.
De esta manera, los estudios realizados por los galardonados con el premio Nobel de economía 2020 sirven para mejorar las condiciones de las asignaciones de contratos en diferentes áreas, tanto de interés público como privado y anteriormente han sido utilizados por otros gobiernos.
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