De acuerdo con especialistas y científicos del medio ambiente, la destrucción de la flora y fauna en el Amazonas se acercan a un punto donde la pérdida de biodiversidad y destrucción del bosque tropical transformarán su ecosistema en uno más árido y con menos bosques, que dará como resultado la presencia mayoritaria de sabana, llanuras áridas, y pequeños bosques localizados.
Esta clasificación de destrucción del bosque tropical, también denominada degradación forestal, se considera un daño selectivo del ecosistema provocado exclusivamente por actividades humanas, que abarcan la tala,incendios forestales, extracción de minerales, instalación de plantas de energía, contaminación de suelos y cuerpos de agua, y los efectos generales del calentamiento global.
La degradación forestal se distingue de la deforestación en tanto abarca una mayor cantidad de elementos humanos y ambientales a considerar, así como otro análisis de riesgos a largo plazo.
En el caso del Amazonas, pese a que la deforestación es una de sus principales dificultades, sobre la cual fue advertido el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, los incendios forestales, cambios químicos en el agua, sequías, erosión del suelo, y cambios en las corrientes marinas, se han convertido en amenazas importantes.
En caso de tomar las medidas adecuadas para mitigar sus efectos sobre la biodiversidad, la combinación del proceso de deforestación y degradación forestal en el Amazonas provocarán un cambio brusco en el ecosistema, y pasará de bosque tropical a sabana y llanuras áridas, según las estimaciones del equipo de investigación a cargo de Marcos Pedloski, este proceso se denomina punto de inflexión climática.
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