El ministerio de salud de Rusia puso a circulación el 7 de septiembre el primer lote de la vacuna contra Covid-19, bautizada como Sputnik V, tras haber completado las pruebas de calidad requeridas. En este sentido, el siguiente movimiento importante de Rusia para facilitar el desarrollo es involucrar a países en desarrollo de Latinoamérica en su fabricación.
Los científicos encargados de la vacuna publicaron el viernes 4 de septiembre los resultados de las pruebas clínicas en la revista científica The Lancet, seguida de una conferencia de prensa donde el presidente del Foro Ruso de Inversión Directa (RDIF), Kirill Dmitriev enfatizó la posible participación de “al menos un país latinoamericano” en el proceso de desarrollo y fabricación.
Cabe recordar, Rusia registró su vacuna antes de hacer públicos los resultados de las primeras dos fases de los ensayos, los cuales concluyeron con una respuesta inmunológica en los 76 pacientes del ensayo y sin efectos secundarios severos. Sputnik V ya se está aplicando de nivel local a voluntarios que pertenezcan a grupos de riesgo.
No obstante, la adquisición y el uso por parte de otros países aún depende de los resultados de más pruebas y del aumento de la capacidad de producción, que necesita la participación de otras naciones. “Nuestra principal limitación ahora mismo es la disponibilidad de capacidad de producción suficiente para satisfacer la demanda, por lo que estamos trabajando activamente con muchos países para producirla fuera de Rusia” indicó Dmitriev en la rueda de prensa. El presidente del RDIF aseguró, Rusia tiene acuerdos con India, Brasil y otros países para dichas acciones.
Arseniy Palagin, secretario de prensa de la RDIF, en entrevista con la BBC Mundo habló acerca de las declaraciones de los gobiernos de México y Venezuela en materia de la participación de estos países en las pruebas clínicas; “no vamos a hacer comentarios sobre América Latina hasta el 10 de septiembre, cuando vamos a presentar nuestra estrategia latinoamericana”, dijo.
En este sentido, parece que la apuesta principal de la RDIF para la producción de Latinoamérica de la vacuna desarrollada por el Instituto Gamaleya es Brasil. El foro firmó un acuerdo con el gobierno del estado de Paraná para fabricar la Sputnik V en el Instituto de Tecnología de Paraná y, se está considerado convertir al país sudamericano en el centro regional de producción de la vacuna rusa.
Aunque aún no se sepa con certeza cuál será el papel de Latinoamérica en el desarrollo de vacuna rusa contra Covid-19, sí se sabe que Brasil no es el único país con oportunidades para fabricar vacunas. Por ejemplo, Cuba anunció su interés en desarrollar su propia fórmula Soberana 01, así como el anuncio de México y Argentina de participar en la manufacturación de la vacuna Oxford-AstraZeneca.
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