Por Luis Clemente Luna Lomelí
Han sido tiempos muy difíciles para todos nosotros, sin embargo, tengo la certeza de que saldremos triunfantes de esta crisis sanitaria. Una crisis muy dolorosa, porque ha orquestado, una crisis económica, social y política. Como sociedad es tiempo de reflexionar y tener claro que tipo de país queremos de ahora en adelante. Estoy convencido que la pandemia ha sido una gran lección para todos nosotros, y que ahora se transitará de manera más solidaria y empática como sociedad, pues sino es así, no se habría aprendido nada.
El regreso a una nueva normalidad es eminente y sumamente necesario, pero siempre y cuando sea con compromiso y responsabilidad por el cuidado de nuestra salud y de las personas que más queremos. El virus llegó para quedarse, por ese motivo el reto ahora, es aprender a vivir con él, y la única manera de continuar una nueva normalidad es llevando a cabo todas las medidas sanitarias recomendadas. En lo personal me parece increíble, que se está por alcanzar las cincuenta mil muertes y aún se pueda observar a la gente, que no comprende la magnitud de esta guerra que se está enfrentando, es lamentable, por el motivo más importante la pérdida de vidas humanas, por ello de la manera más atenta, los exhorto a que se actué con racionalidad y se lleven a cabo todas las medidas en todo lugar. Actualmente nuestro país, se encuentra en el sexto lugar de casos confirmados y en el tercer lugar de lamentables defunciones respectivamente, a nivel mundial.
Mientras más se ignore o se tome a la ligera la gravedad de la situación más se tardará en regresar a nuestras actividades cotidianas, es momento de ser conscientes, de ser empáticos, de demostrar nuestra racionalidad, atemperando la razón sobre la pasión. Estoy convencido, que la pandemia es una lección para el mundo, en el actuar y en la forma de pensar, al momento que ceda el virus, se verá reflejado el aprendizaje que nos ha dejado esta crisis sanitaria. Nadie estaba preparado para enfrentar una situación de tal magnitud, pero es responsabilidad de todos amortiguar los daños, es decir, evitar más pérdidas humanas, por un lado, el Estado tiene la obligación de garantizar el bienestar y privilegiar el derecho a la salud, sin embargo, todos nosotros como ciudadanos tenemos la obligación de seguir todas las medidas sanitarias.
La llegada de una vacuna es la esperanza de todos nosotros para poder enfrentar al virus, sin embargo, aún no se tiene una fecha exacta, para llegada de dicha vacuna, por ello es importante tomar la responsabilidad del cuidado de todos nosotros. El hombre vive de esperanza, por ese motivo no se debe perder la esperanza de que nuevamente volveremos a estar con todos nuestros seres queridos, un hombre sin esperanza es un hombre muerto en vida, no debemos bajar la guardia. La grandeza de nuestro México radica en su gente, es momento de demostrarlo en el actuar, de manera solidaria y haciendo cada quien lo que nos corresponde.
