Por Jesús Zambrano Grijalva
Cuando esto se publique espero que ya la Cámara de Diputados haya nombrado a los 4 Consejeros Electorales para completar la integración del Consejo General del INE. Muchas dudas fundadas ha habido en los últimos días al respecto, ya que como ha sucedido con los otros poderes, organismos públicos autónomos y entes reguladores, el presidente López Obrador ha hecho todo lo posible por colonizar, someter y nulificar al Instituto.
Apenas en junio pasado afirmó que se convertiría en “guardián” para garantizar el respeto al voto de los ciudadanos. De inmediato el INE señaló que esa no es facultad del Presidente y que, por el contrario, debe abstenerse de querer incidir en el proceso electoral. La respuesta fue emitida por Ciro Murayama, quien en su cuenta de Twitter publicó los preceptos de los artículos 41 y 134 constitucionales. En tanto, Lorenzo Córdova le dijo al presidente que en México ya existe un “guardián de las elecciones”, el INE.
Los ataques de AMLO contra el Instituto iniciaron después de las elecciones del 2018 cuando el organismo decidió multar a Morena por el uso indebido de decenas de millones de pesos bajo la bandera de un fideicomiso para apoyar a damnificados de los sismos del 2017. La reacción del entonces Presidente Electo fue brutalmente descalificadora: están molestos porque ganamos, les dijo.
En su lógica de acabar con los órganos autónomos porque según él son engendros del “período neoliberal”, les aplica el muy neoliberal criterio de la austeridad a rajatabla. Su primera embestida se materializó mediante drásticos recortes presupuestales, a tal grado de que para 2020 se le redujeron recursos por 1,071 millones de pesos, lo cual empezó a dificultar su operación.
Por eso tienen razón los intelectuales que en un par de desplegados publicados la semana pasada alertan sobre el retroceso autoritario que representa López Obrador: “El presidente de la República ha ido concentrando en sus manos el poder del gobierno en detrimento de los demás poderes del Estado y de los estados de la Federación. Al hacerlo ha destruido o deteriorado la administración pública y las instituciones constitucionales”, señalaron.
A este posicionamiento, Morena respondió con el manido argumento de AMLO: son “conservadores” y extendió sus descalificaciones al INE. Todo por capturarlo. Resulta paradójico y hasta risible que Morena y sus corifeos hayan hecho alusión, en otro desplegado, al fraude electoral de 1988 cuando el principal operador del mismo, Manuel Bartlett, es un funcionario (con mediocres resultados en la CFE) al que el Presidente defiende “a capa y espada”.
Ahora de frente al nombramiento de cuatro consejeros electorales, el Presidente y su partido pretendieron controlar el proceso de designación. Su pieza clave fue John Ackerman, esposo de Eréndira Sandoval, titular de la Función Pública, e integrante del Comité Técnico que evaluaría y calificaría a los aspirantes. Ackerman acabó descalificando todo el proceso porque no fue aprobada su propuesta, Diana Talavera, identificada con René Bejarano.
A ello le siguieron declaraciones de los diputados del PT y de unos 30 de Morena liderados por Dolores Padierna, ex pareja de Bejarano, quienes exigieron reponer el proceso porque los seleccionados no aseguraban la continuación del proyecto de “la 4T”. Así de burdos. Hasta su diputado Porfirio Muñoz Ledo los calificó de golpistas.
En fin, esas fueron las vicisitudes que se dieron en este azaroso, pero legalmente certero proceso. Aceptar que el Presidente controle al árbitro electoral sería regresar a los tiempos del PRI autoritario, solo que ahora más autocrático y dictatorial. Qué bueno que la sociedad actuó oportuna y correctamente. Así hay que continuar rumbo al 2021, en resistencia ante los embates dictatoriales. El objetivo debe ser transitar hacia un régimen de auténtica democracia con alma social, no volver al México previo al de 2018, el cual facilitó el triunfo de la salida populista, demagógica y autoritaria. El país de un solo hombre, lo estamos viendo ahora, sólo hace mas grandes los problemas en lugar de resolverlos.
Artículo publicado en el Diario Del Yaqui del 22 de julio de 2020