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sábado, septiembre 21, 2024

“La ciencia no es democrática, pero sí participativa”

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Por Kevin Alex Mondragón Almaraz

… es la frase polémica que generó el Dr. Antonio Lazcano Araujo durante el conversatorio <<SOFOSBUVIR, COVID-19 Y EL FUTURO DE LA CIENCIA>> llevado a cabo por la organización estudiantil Universitarios Demócratas.

 

El futuro de la ciencia en México se ha ido tornando confuso y nublado por las acciones que han ejercido los principales institutos de regular los presupuestos para las actividades científicas. Bajo el posicionamiento de que en México existe una “Ciencia neoliberal” la directora del CONACyT, María Elena Álvarez-Buylla ha querido imponer corrientes ideológicas para definir las temáticas de investigación científica, bajar los presupuestos asignados a los órganos de investigación y a las becas de estudio en el extranjero, y poner en los puestos de tomadores de decisiones a personajes afines a sus ideologías y a la misma administración nacional actual. 

Estas acciones son preocupantes, pues la libertad de poder elegir temas de investigación científica lleva años de esfuerzo y estudio para poder marcar líneas específicas que en un primer instante buscan resolver problemáticas sociales, como el caso de la investigación biomédica básica (sumamente necesaria hoy en día). Un punto en el que Álvarez-Buylla hace énfasis es que la ciencia neoliberal sólo beneficia a empresarios y a la industria. Es absurdo hacer tal afirmación, pues la industria y los empresarios son un pilar primordial para poder distribuir los avances de la ciencia a la sociedad en general, llevando además una circulación activa del capital.

Otro punto importante es el recorte del presupuesto para becas y congresos en el extranjero, a los cuales el presidente ha denominado “turismo académico”. Se nota que el titular del  ejecutivo jamás ha participado en un congreso científico en el cual se debe llevar un trabajo preparado con meses de anticipación, dar presentaciones de calidad, escuchar y discutir ideas sobre distintas líneas de investigación de otros países,  hablar por lo menos más de un idioma (incluyendo el español) y hacer esfuerzos extraordinarios para cubrir los gastos de los estudiantes en el país extranjero en cuestión. O bien, su pobre preparación académica le impide dilucidar la importancia de tener una preparación de posgrado en el extranjero donde hay líneas de investigación mucho más precisas y donde se puede tener una preparación acorde al tema al que se está enfocado para posteriormente regresar a México y retribuir los conocimientos adquiridos. 

Ya ni hablar de la burla que hace el actual presidente de la república hacia los investigadores y personal de salud al exponer en una conferencia que el contagio por el actual virus SARS-CoV-2 se evita teniendo conductas morales positivas y fetichismo a la mercancía.

“… que me explique qué tiene de neoliberal la exonucleasa de un virus, o qué tiene de neoliberal la expansión del universo. Pretender que somos neoliberales porque estamos utilizando un medicamento que está industrializado comercialmente para tratar de salvar vidas… ahí es donde  entra la sociedad a tratar de garantizar que los resultados de la ciencia sean para el bien común” enfatizó el Dr. Lazcano respondiendo a la pregunta de cómo consideraba que se estaba desarrollando la ciencia en la actual administración de Álvarez-Buylla.

Coincido en que la ciencia no puede ser democrática, pues los procesos naturales no están a votación: no se vota si hay selección natural, no se vota si la reacción combustión genera o no CO2, no se vota si el sonido se propaga o no a través de ondas, y no se vota si hay deriva continental, pero sí hay una participación nutrida y plural para discutir tales fenómenos y en un conjunto colectivo poder darles una explicación satisfactoria. Es eso lo que se necesita, que las ideologías políticas, que en un principio todos tenemos, no influyan en el ejercicio objetivo de hacer ciencia. 

La ciencia ha tenido, de manera histórica, revoluciones que traen per se cambios de paradigmas, lo que representa cambios en las tradiciones científicas, en los principios y reglas establecidas. Esto simboliza avances que han sido posibles gracias a pluralidad en el pensamiento y a la capacidad y derecho de discernir, de criticar, de cuestionarse; eso, es la práctica científica en sí misma. Lo anterior no puede materializarse en un contexto donde se pretende dominar la ciencia bajo una ideología hegemónica sin capacidad de manifestar desacuerdos, donde además solo se le asigna el 0.45 del Producto Interno Bruto anualmente, al cual todavía se le pretende hacer recortes por temas de “austeridad” según el titular del ejecutivo.

El quehacer científico debe ser un ejercicio de libertades, de esfuerzos colectivos que construyan nuevo conocimiento y que ayuden a ir puliendo el que ya está. Este conocimiento al final se ve reflejado en mejoras para la sociedad, pues gracias a los antibióticos que combaten bacterias hoy vivimos el doble de años respecto a mitades del siglo pasado; gracias a experimentos con electricidad hoy todos tenemos el servicio que nos permite aminorar muchos esfuerzos en la vida cotidiana; gracias al estudio de las ondas y redes satelitales hoy contamos con el servicio de internet para comunicarnos en esta pandemia. La ciencia debe defenderse, y prevalecer en su práctica objetiva para continuar con el desarrollo y progreso de la sociedad en general. 

“La verdadera ignorancia no es la ausencia de conocimientos, sino el hecho de rehusarse a adquirirlos” – Karl Popper.

Link del conversatorio del Dr. Antonio Lazcano con la organización estudiantil Universitarios Demócratas: https://cutt.ly/paijFVr

Kevin Alex Mondragón Almaraz, estudiante de Biología la Facultad de Ciencias UNAM. Miembro de Universitarios Demócratas. Ganador del “Mexico Challenge” en la universidad de Harvard. 

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