Por Michelle Ponce de León
Los casos de violencia contra las mujeres están a la vuelta de la esquina e infortunadamente les contaré algo que hasta la fecha no he podido entender del todo y que estuvo tan cerca de mi perímetro. Hace aproximadamente tres años llegó una familia integrada por tres hijos, dos de ellos hombres y una mujer, además del papá y la mamá. Disfuncional en toda la extensión de la palabra, discutían todos contra todos, conflictos verbales, conductas prepotentes entre ellos mismos, entre otras cosas.
Como vecino, al menos en mi caso, no tengo relación con casi ninguna persona, a tal grado que las personas que les comento no las ubicaba por su rostro hasta después de varios meses. Regularmente no notó lo que se encuentra a mi alrededor o tal vez hago como si no estuviera pasando nada. Conmigo ni con mi familia tuvieron algún problema, los saludaba y me saludaban y era el mayor trato que teníamos.
En ocasiones llegué a escuchar golpes por la madrugada, no sé si del padre a los hijos o entre los hermanos con la mamá, pero eso era bastante común que ya nos estábamos acostumbrando, además que no sabíamos qué reacción podrían tomar si alguien de mi familia intervenía, para no meternos en problemas no nos metíamos.
Hace un año aproximadamente se fueron a vivir a otro lado, no supimos nada al respecto y hace algunos meses (antes que todos estuviéramos en contingencia) mi hermano terminó de escuchar un podcast llamado “Fausto”, busco en internet qué había pasado con el niño a quien hacen mención (para variar ese podcast narra la historia de un asesinato múltiple en el Estado de México) y por lo cercano que está con mi casa, la primera noticia relacionada era que dos mujeres habían sido asesinadas, madre e hija de 41 y 16 años respectivamente; no entraré en detalles debido a que tan solo leerlo es sumamente doloroso. Cabe mencionar que, en esa nota se encontraba una foto de los que habían sido los culpables y uno de ellos era mi vecino, el hijo menor (de los hombres).
Estoy seguro que a veces en nuestro entorno estamos rodeados de muchos problemas sociales o personales que no les prestamos la mayor atención, me intriga y pienso en la indiferencia que tengo en algunas cosas, como comenté la semana pasada, no soy experto en el tema y no quiero decir que de haber hablado con ellos se hubiera prevenido este terrorífico hecho pero creo no deberíamos de esperar tanto para actuar un poco, por si están pasando o ven algo similar, considero que el tema se debe de poner sobre la mesa y acudir a pedir la ayuda necesaria.