Son muchos los cambios que ha habido en México contra la discriminación de género a partir de la entrada en vigor de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), en 1981. De entonces a la fecha, una gran cantidad de movimientos sociales han contribuido, con perseverancia, a la definición y aplicación de medidas legales, políticas e institucionales contra la discriminación por razones de género.
Recientemente hemos visto un preocupante proceso, de desmantelamiento de las Instituciones democráticas en nuestro país, hoy en día toma una mayor intensidad, debido a una decidida confrontación desde diversos espacios de decisión pública. Un ejemplo de ello es la guerra frontal hacia las instituciones autónomas como lo son la CONAPRED que han sido instituciones claves en la lucha por la defensa de los derechos humanos y la discriminación. Una de las grandes fortalezas del Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación, a diferencia de otras instituciones nacionales es la credibilidad. A pesar de estar vinculado a la Secretaría de Gobernación y operar con presupuesto federal, este Consejo tiene autonomía de gestión, es decir, toma sus propias decisiones apoyado en un Consejo Consultivo formado por ciudadanos y ciudadanas libres para la toma de decisiones y en la vida democrática de un país la participación ciudadana es fundamental para el diseño de políticas públicas y programas en beneficio de la sociedad mexicana.
El Consejo Nacional para Prevenir La Discriminación, CONAPRED, es un órgano de Estado creado por la Ley Federal para Prevenir y Eliminar la Discriminación, aprobada el 29 de abril de 2003, impulsada por Gilberto Rincón Gallardo un hombre de ideas y convicciones de izquierda. El Consejo es la institución rectora para promover políticas y medidas tendientes a contribuir al desarrollo cultural y social y avanzar en la inclusión social y garantizar el derecho a la igualdad, que es el primero de los derechos fundamentales en la Constitución Federal.
Cuando se desconoce, se ataca y se reduce a las instituciones autónomas y a otros poderes, a los órganos autónomos constitucionales y a la par se ataca la autonomía de los estados y municipios, lo que realmente se ataca es la democracia de nuestro país. La confrontación y la división no es el problema porque son parte de la estructura política de una sociedad compleja, como la mexicana, pero si es un problema cuando se busca acabar con los espacios de interacción democrática.
No es un tema menor lo que está pasando porque es el camino que se siguió en otros países para instaurar a gobiernos autoritarios. Con las descalificaciones hacia la CONAPRED en nuestro país cuando los niveles de discriminación cada día van en aumento, se sigue dejando en desventaja a los grupos más vulnerables, la diversidad sexual, la población indígena, migrantes, personas con discapacidad, la niñez. Con la renuncia de la titular de la CONAPRED, México pierde mucho y es una muestra más de la intolerancia a quien presente de manera objetiva y fundamentada una crítica constructiva, a quien piense diferente, a quien no comparta las ideas del presidente, a quien no acate lo que él disponga. Es por eso que desde nuestros espacios seguiremos defendiendo nuestras instituciones autónomas que se ganaron a base de luchas.