Por Jesús Ortega Martínez
A México, históricamente, le ha ido mal con sus gobiernos. Los últimos que el país ha padecido se han traducido en mayor pobreza, en una violencia endémica que está dejando a su paso una estela trágica de miles de personas desaparecidas y asesinadas, en un sistema de justicia que premia a los delincuentes y los corruptos, pero que castiga a los inocentes. Tantos desastres, que la ciudadanía llegó al hastío y volcó todo su resentimiento durante las elecciones de 2018. Ganó López Obrador, pero, sobre todo, ganó la creencia de la gente de que los corruptos y sinvergüenzas tendrían su merecido.
Eso prometió López Obrador, pero mintió pues los corruptos y sinvergüenzas, en lugar de la cárcel, viven en la opulencia y la impunidad; mintió pues en lugar de paz y justicia, el presidente acuerda con la delincuencia y convive con los violentos; mintió pues en lugar de alentar la libertad y la democracia, instala un gobierno autoritario y centralizador del poder político.
López Obrador es un presidente que ha hecho de la mentira el elemento vertebral de su gobierno. Miente todos los días y sobre todos los temas; le miente a sus colaboradores; a los gobiernos de los estados; al conjunto de la población.
Sin embargo, pareciera que, para un sector de la población, el hecho de que el presidente mienta como una constante de su comportamiento político, no es un hecho grave. Lo justifican con el argumento de que todos mentimos, y que especialmente lo hacen los políticos, al grado de que “la verdad, dice Hannah Arendt, podría ser considerada como una actitud anti política”.
Arendt explica que esto es de preocupar porque la verdad como la mentira no deberían perderse como referentes para definir el comportamiento humano. Por ello, habla de la necesidad de una prensa libre que dé cobertura a la información fáctica no manipulada.
Esto es muy importante en todo momento, más cuando el presidente mentiroso (antítesis del hombre de Estado) ha orquestado, desde el inicio de su gobierno, una campaña en contra de los medios de comunicación independientes y de los periodistas libres.